martes, mayo 30, 2006

El sagrado Corazón de Jesus

Un corazón que siempre ama

• Arnold Omar Jiménez Ramírez, semanrio.com.mx

La devoción al Corazón de Jesús ha existido desde los primeros tiempos de la Iglesia, cuando se meditaba en el costado y el Corazón abierto de Jesús, de donde manó sangre y agua. De ese Corazón nació la Iglesia y por ese Corazón se abrieron las puertas del Cielo. «La devoción al Sagrado Corazón está por encima de otras devociones, porque veneramos al mismo Corazón de Dios. La oración de la Iglesia venera y honra al Corazón de Jesús, como invoca su santísimo Nombre. Adora al Verbo Encarnado y a su Corazón que, por amor a los hombres, se dejó traspasar por nuestros pecados» (Catecismo de la Iglesia Católica, n. 2669). Jesús, durante su vida, su agonía y su Pasión, nos ha conocido y amado a todos y a cada uno de nosotros y se ha entregado por cada uno: «El Hijo de Dios me amó y se entregó a sí mismo por mí» (Ga 2, 20). Nos ha amado a todos con un corazón humano. Por esta razón, el Sagrado Corazón de Jesús, traspasado por nuestros pecados y para nuestra salvación, «es considerado como el principal indicador y símbolo del amor con que el Divino Redentor ama continuamente al Eterno Padre y a todos los hombres (Pío XII, Enc. Haurietis aquas).

De los Santos Padres a Paray-le-MonialYa los Santos Padres muchas veces hablaron del Corazón de Cristo como símbolo de su amor, tomándolo de las Sagradas Escrituras: «Hemos de beber el agua que brotaría de su Corazón... Cuando salió sangre y agua» (Jn 7, 37; 19, 35). En la Edad Media comenzaron a considerarlo como modelo de nuestro amor, paciente por nuestros pecados, a quien debemos reparar entregándole nuestro corazón (santas Lutgarda, Matilde, Gertrudis La Grande, Margarita de Cortona, Angela de Foligno, San Buenaventura, etcétera). En el siglo XVII estaba muy extendida esta devoción. San Juan Eudes, ya en 1670, introdujo la primera fiesta pública del Sagrado Corazón.

Fue Jesús mismo quien, en el siglo XVII, en Paray-le-Monial, Francia, solicitó, a través de una humilde religiosa, que se estableciera definitiva y específicamente la devoción a su Sacratísimo Corazón. El 16 de junio de 1675 se le apareció Nuestro Señor y le mostró su Corazón a Santa Margarita María Alacoque. Su Corazón estaba rodeado de llamas de amor, coronado de espinas, con una herida abierta de la cual brotaba sangre y, del interior de su corazón, salía una cruz. Santa Margarita escuchó a Nuestro Señor decir: «He aquí el Corazón que tanto ha amado a los hombres, y en cambio, de la mayor parte de los hombres no recibe nada más que ingratitud, irreverencia y desprecio, en este sacramento de amor». Con estas palabras Nuestro Señor mismo nos dice en qué consiste la devoción a su Sagrado Corazón. La devoción en sí está dirigida a la persona de Nuestro Señor Jesucristo y a su amor no correspondido, representado por su Corazón. Dos, pues, son los actos esenciales de esta devoción: Amor y reparación. Amor, por lo mucho que Él nos ama; reparación y desagravio, por las muchas injurias que recibe sobre todo en la Eucaristía.

Un profundo significadoLa devoción al Corazón de Jesús no sólo se ajusta enteramente a los requisitos mencionados en el documento del Concilio Vaticano II concerniente a la Liturgia, sino que, además, se encuentra enraizada en la entraña del mismo Evangelio, de donde proceden todos aquellos ideales, actitudes, conductas y prácticas fundamentales, definitorias del auténtico cristianismo y peculiares del culto cristiano. En este sentido, la devoción al Corazón de Jesús está totalmente de acuerdo con la esencia del cristianismo, que es religión de amor, ya que tiene por fin el aumento de nuestro amor a Dios y a los hombres. No apareció de repente en la Iglesia, ni se puede afirmar que deba su origen a revelaciones privadas, pues es evidente que las revelaciones de Santa Margarita María Alacoque no añadieron nada nuevo a la Doctrina católica.

Pruebas de amorPromesas principales hechas por el Sagrado Corazón de Jesús a Santa Margarita María Alacoque:

• A las almas consagradas a mi Corazón, les daré las gracias necesarias para su estado.
• Daré la paz a las familias.
• Las consolaré en todas sus aflicciones.
• Seré su amparo y refugio seguro durante la vida, y principalmente en la hora de la muerte.
• Derramaré bendiciones abundantes sobre sus empresas.
• Los pecadores hallarán en mi Corazón la fuente y el océano infinito de la misericordia.
• Las almas tibias se harán fervorosas.
• Las almas fervorosas se elevarán rápidamente a gran perfección.
• Bendeciré las casas en que la imagen de mi Sagrado Corazón esté expuesta y sea honrada.
• Daré a los sacerdotes la gracia de mover los corazones empedernidos.
• Las personas que propaguen esta devoción, tendrán escrito su nombre en mi Corazón y jamás será borrado de él.
• A todos los que comulguen nueve primeros viernes de mes continuos, el amor omnipotente de mi Corazón les concederá la gracia de la perseverancia final La hija predilecta del Sagrado Corazón• Arnold Omar Jiménez Ramírez Del 11 al 19 de junio las reliquias de Santa Margarita María Alacoque serán traídas a nuestra diócesis; la hija predilecta del Sagrado Corazón, a quien le entregó las doce promesas de su amor.
Margarita nació el 22 de julio de 1647 en el pequeño pueblo de Lautecour, en Francia. Su padre, Claudio Alacoque, fue juez y notario y su mamá llevó por nombre Filiberta Lamyn. Margarita María dice, en su autobiografía, que desde pequeña le concedió Dios que Jesucristo fuera el único Dueño de su corazón, además de otro gran favor: Un gran horror al pecado, de manera que aun la más pequeña falta le resultaba insoportable.Su Dios y su amorAprendió a rezar el Rosario y lo recitaba con especial fervor cada día y la Virgen Santísima le correspondió librándola de muchos peligros. Es llevada al colegio de las Clarisas y a los nueve años hizo su Primera Comunión. Dijo: «Desde ese día, el buen Dios me concedió tanta amargura en los placeres mundanos, que aunque como jovencita inexperta que era a veces los buscaba, me resultaban muy amargos y desagradables. En cambio encontraba un gusto especial en la oración».
A Margarita le sobrevino una enfermedad que la mantuvo paralizada físicamente por varios años; pero al fin se le ocurrió consagrarse a la Virgen Santísima y ofrecerle propagar su devoción, y poco después Nuestra Señora le concedió la salud. Era muy joven cuando quedó huérfana de padre, y entonces la madre de don Claudio Alacoque y dos hermanas de él, se instalaron en su casa y se apoderaron de todo, por lo que la mamá de Margarita y sus cinco niños se quedaron como esclavizados. Todo estaba bajo llave y sin el permiso de las tres mandonas mujeres, no salía nadie de la casa. Así que a Margarita no le permitían ni siquiera salir entre semana a la iglesia. Ella se retiraba a un rincón y allí rezaba y lloraba, además de que la regañaban continuamente.

Hija de la Orden de la Visitación

En el año de 1671 Margarita fue admitida en la comunidad de La Visitación, fundada por San Francisco de Sales. Entró al convento de Paray-le-Monial. Una de sus compañeras de noviciado dejó escrito: «Margarita dio muy buen ejemplo a las hermanas por su caridad; jamás dijo una sola palabra que pudiera molestar a alguna, y demostraba una gran paciencia al soportar las duras reprimendas y humillaciones que recibía frecuentemente». La designaron como ayudante de una religiosa que tenía el carácter muy fuerte y ésta se desesperaba al ver que Margarita era tranquila y callada. La superiora empleaba métodos duros y violentos que hacían sufrir fuertemente a la joven religiosa, pero ésta nunca daba la menor muestra de estar disgustada. Con esto la estaba preparando Nuestro Señor para que se hiciera digna de las revelaciones que iba a recibir. El 27 de diciembre de 1673 se le apareció por primera vez el Sagrado Corazón de Jesús. Ella había pedido permiso para ir los jueves, de las nueve a las doce de la noche, a rezar ante el Santísimo Sacramento del altar, en recuerdo de las tres horas que Jesús pasó orando y sufriendo en el Huerto de Getsemaní.

Un día jueves de oración, de pronto se abrió el sagrario y apareció Jesucristo como lo vemos en algunos cuadros que ahora tenemos en nuestros hogares. Sobre el manto su Sagrado Corazón, rodeado de llamas y con una corona de espinas encima, y una herida. Jesús, señalando su corazón con la mano, le dijo a Margarita: «He aquí el Corazón que tanto ha amado a la gente y en cambio recibe ingratitud y olvido. Tú debes procurar desagraviarme». Nuestro Señor le recomendó que se dedicara a propagar la devoción al Corazón de Jesús porque el mundo es muy frío en amor hacia Dios, y es necesario inculcar a las personas este amor.

Las promesas del amorDurante 18 meses el Corazón de Jesús se le fue apareciendo continuamente. Le pidió que se celebrara la Fiesta del Sagrado Corazón cada año el viernes de la semana siguiente a la fiesta del Cuerpo y la Sangre de Cristo (Corpus Christi). El Corazón de Jesús le hizo a Santa Margarita unas promesas maravillosas para quienes practicaran esta hermosa devoción. Por ejemplo: «Bendeciré las casas donde sea expuesta y honrada la imagen de mi Sagrado Corazón. Daré paz a las familias. A los pecadores los volveré buenos y a los que ya son buenos los volveré santos. Asistiré en la hora de la muerte a los que me ofrezcan la Comunión de los primeros viernes para pedirme perdón por tantos pecados que se cometen», entre otras.

Margarita le decía al Sagrado Corazón: «¿Por qué no elige a otra que sea santa, para que propague estos mensajes tan importantes? Yo soy demasiado pecadora y muy fría para amar a mi Dios». Jesús le dijo: «Te he escogido a ti, que eres un abismo de miserias, para que aparezca más mi poder. Y en cuanto a tu frialdad para amar a Dios, te regalo una chispita del amor de mi Corazón».

Días después Margarita enfermó gravemente. La superiora le dijo: «Creeré que sí son ciertas las apariciones de que habla, si el Corazón de Jesús le concede la curación». Ella le pidió al Sagrado Corazón que la curara, y sanó inmediatamente. Desde ese día su superiora creyó que en verdad se le aparecía Nuestro Señor a Margarita.
Dios permitió que enviaran de capellán al convento de Margarita a San Claudio de la Colombiere y este hombre de Dios obtuvo que en la Compañía de Jesús fuera aceptada la devoción al Corazón de Jesús. Desde entonces, los jesuitas la han propagado por todo el mundo. Antes de morir, obtuvo que en su comunidad se celebrara por primera vez la fiesta del Sagrado Corazón de Jesús. El 17 de octubre de 1690 murió llena de alegría porque iría al Cielo, al lado de su amadísimo Señor Jesús, cuyo Corazón la había enseñado a amar tanto en este mundo.

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"La Paz De Cristo en el Reino de Cristo"

Acción Católica Mexicana Diócesis de Querétaro
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Jose Luis Aboytes

2 comentarios:

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