sábado, julio 28, 2007

Reflexión de DOMINGO XVII DURANTE EL AÑO

DOMINGO X VII DURANTE EL AÑO

 

Que mi Señor no me tome a mal si continúo insistiendo

 

Lectura del libro del Génesis

18, 20-21. 23-32

 

El Señor dijo: «El clamor contra Sodoma y Gomorra es tan grande, y su pecado tan grave, que debo bajar a ver si sus acciones son realmente como el clamor que ha llegado hasta mí. Si no es así, lo sabré».

Entonces Abraham se le acercó y le dijo: «¿Así que vas a exterminar al justo junto con el culpable? Tal vez haya en la ciudad cincuenta justos. ¿Y Tú vas a arrasar ese lugar, en vez de perdonarlo por amor a los cincuenta justos que hay en él? ¡Lejos de ti hacer semejante cosa! ¡Matar al justo juntamente con el culpable, haciendo que los dos corran la misma suerte! ¡Lejos de ti! ¿Acaso el Juez de toda la tierra no va a hacer justicia?»

El Señor respondió: «Si encuentro cincuenta justos en la ciudad de Sodoma, perdonaré a todo ese lugar en atención a ellos».

Entonces Abraham dijo: «Yo, que no soy más que polvo y ceniza, tengo el atrevimiento de dirigirme a mi Señor. Quizá falten cinco para que los justos lleguen a cincuenta. Por esos cinco ¿vas a destruir toda la ciudad?» «No la destruiré si encuentro allí cuarenta y cinco», respondió el Señor.

Pero Abraham volvió a insistir: «Quizá no sean más de cuarenta».

Y el Señor respondió: «No lo haré por amor a esos cuarenta».

«Por favor, dijo entonces Abraham, que mi Señor no lo tome a mal si continúo insistiendo. Quizá sean solamente treinta».

Y el Señor respondió: «No lo haré si encuentro allí a esos treinta».

Abraham insistió: «Una vez más, me tomo el atrevimiento de dirigirme a mi Señor. Tal vez no sean más que veinte».

«No la destruiré en atención a esos veinte», declaró el Señor.

«Por favor, dijo entonces Abraham, que mi Señor no se enoje si hablo por última vez. Quizá sean solamente diez».

«En atención a esos diez, respondió, no la destruiré».

 

Palabra de Dios.

 

 

SALMO RESPONSORIAL                                                    137, 1-3. 6-7a. 7c-8

 

R.     ¡Me escuchaste, Señor, cuando te invoqué!

 

Te doy gracias, Señor, de todo corazón,

porque has oído las palabras de mi boca,

te cantaré en presencia de los ángeles.

Me postraré ante tu santo Templo.   R.

 

Daré gracias a tu Nombre por tu amor y tu fidelidad,

porque tu promesa ha superado tu renombre.

Me respondiste cada vez que te invoqué

y aumentaste la fuerza de mi alma.   R.

 

El Señor está en las alturas,

pero se fija en el humilde

y reconoce al orgulloso desde lejos.

Si camino entre peligros, me conservas la vida.   R.

 

¡Tu derecha me salva.

El Señor lo hará todo por mí.

Tu amor es eterno, Señor,

¡no abandones la obra de tus manos!   R.

 

 

Nos hizo revivir con Él,

perdonando todas nuestras faltas

 

Lectura de la carta del Apóstol san Pablo

a los cristianos de Colosas

2, 12-14

 

Hermanos:

En el bautismo, ustedes fueron sepultados con Cristo, y con Él resucitaron, por la fe en el poder de Dios que lo resucitó de entre los muertos.

Ustedes estaban muertos a causa de sus pecados y de la incircuncisión de su carne, pero Cristo los hizo revivir con Él, perdonando todas nuestras faltas. Él canceló el acta de condenación que nos era contraria, con todas sus cláusulas, y la hizo desaparecer clavándola en la cruz.

 

Palabra de Dios.

 

 

 

EVANGELIO

 

Pidan y se les dará

 

a    Evangelio de nuestro Señor Jesucristo

según san Lucas

11, 1-13

 

Un día, Jesús estaba orando en cierto lugar, y cuando terminó, uno de sus discípulos le dijo: «Señor, enséñanos a orar, así como Juan enseñó a sus discípulos».

Él les dijo entonces: «Cuando oren, digan :

 

Padre, santificado sea tu Nombre,

que venga tu Reino,

danos cada día nuestro pan cotidiano;

perdona nuestros pecados,

porque también nosotros perdonamos

a aquéllos que nos ofenden;

y no nos dejes caer en la tentación».

 

Jesús agregó: «Supongamos que alguno de ustedes tiene un amigo y recurre a él a medianoche, para decirle: "Amigo, préstame tres panes, porque uno de mis amigos llegó de viaje y no tengo nada que ofrecerle", y desde adentro él le responde: "No me fastidies; ahora la puerta está cerrada, y mis hijos y yo estamos acostados. No puedo levantarme para dártelos". Yo les aseguro que aunque él no se levante para dárselos por ser su amigo, se levantará al menos a causa de su insistencia y le dará todo lo necesario.

 

También les aseguro: pidan y se les dará, busquen y encontrarán, llamen y se les abrirá. Porque el que pide, recibe; el que busca, encuentra; y al que llama, se le abrirá. ¿Hay entre ustedes algún padre que da a su hijo una serpiente cuando le pide un pescado? ¿Y si le pide un huevo, le dará un escorpión?

Si ustedes, que son malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, ¡cuánto más el Padre del cielo dará el Espíritu Santo a aquéllos que se lo pidan!»

 

Palabra del Señor.

 

 

 

Reflexión

 

 

 

ORAR CON EL PADRENUESTRO ES VIVIR EL EVANGELIO

1.- Jesús oraba. Es muy significativo que uno de los discípulos de Jesús le formulara un día esta petición:"Señor, enséñanos a orar". Hay un hecho muy sencillo que merece ser resaltado: Jesús oraba. Estamos acostumbrados a ver a Jesús como el "Hijo amado" (Mc 1,11) y por tanto como alguien que vivió constantemente en una comunión natural y espontánea con Dios. Ello hace más significativo, si cabe, el hecho de que durante su existencia terrena Jesús no dejara de emplear el tiempo necesario para detenerse y adentrarse de forma concreta en la intimidad divina, en un "a solas con Dios".

2.- ¿Qué desea conocer el discípulo sobre la oración? Los apóstoles eran judíos y, por ello, la oración era un elemento consustancial a sus vidas. Conocían oraciones para todo tipo de ocasiones: oraciones para la mañana, la noche, para bendecir las comidas....Lo que aquí piden es sin embargo algo distinto; lo que desean es conocer la oración de Jesús, ser adentrados en su relación de carácter único con Dios. Quieren una oración que recapitule en cierto modo el mensaje específico de Jesús y se adapte a su condición de discípulos. Jesús responde a su ruego enseñándoles el Padrenuestro, la oración del Señor, "la oración dominical". Ahora comprendemos por qué al comienzo del siglo III Tertuliano contemplaba esta oración como un compendio del Evangelio. Dos hechos nos llaman la atención en el Padrenuestro: su gran sencillez y el que en ella estén presentes todas las formas de oración. Por un lado, la gran sencillez del Padrenuestro permite que sea recitada de forma comprensiva tanto por un niño como por un anciano. Por otro lado, vemos que está fuertemente enraizada en los textos del Antiguo Testamento, con un lenguaje nuevo, al reunir en unas pocas palabras los diferentes tipos de oración: alabanza, petición, ofrecimiento y petición de perdón. Sólo si somos capaces de adentrarnos en el misterio del Padrenuestro podemos percibir bajo las apariencias ordinarias, bajo las expresiones contextuales de origen judío y bíblico, algo único, como si de una inmersión en la vida íntima de Dios se tratara.

3.- Dios es "Abbá", Padre. ¿Qué ha querido decir Jesús al llamar a Dios en su oración Abbá? Este término traduce una intimidad única. No ofrece ninguna duda que los fieles judíos creían en un Dios que amaba y cuidaba a su pueblo, y que en ningún caso era un Dios lejano. La relación entre Jesús y Dios aparece sin embargo en una intimidad mucho mayor y profunda que nos permite hablar incluso de una comunión total, de unidad de vida entre ambos. La utilización del término Abbá es un signo de confianza, de amor filial. Traducido a nuestro lenguaje es como llamar a Dios "papaíto". Como un niño se vuelve a su padre o a su madre al tropezar con la más pequeña dificultad, el que dice a Dios Abbá está viendo en él a alguien siempre presente y dispuesto a acompañarle y ayudarle a avanzar, en particular en los momentos más difíciles. Esta confianza es una inimaginable fuente de libertad. Pero a continuación de "Padre" añadimos: "nuestro". La nueva relación con Dios implica como consecuencia una nueva relación con los hombres. El Dios de Jesucristo no consiente relación individualista alguna. De ahora en adelante no estamos solos, sino que formamos parte de una comunidad. La expresión "Padre nuestro" resume los dos grandes mandamientos, que no pueden entenderse el uno sin el otro: el amor a Dios y el amor al prójimo. Cuando decimos "que estás en el cielo" no estamos expresando en modo ninguno que Dios esté lejos de nosotros, sino queremos indicar que, aunque le llamemos Padre, Dios no deja de ser el Otro. Dios no es un padre a la manera de los hombres. Nuestra imagen de Dios se construye a partir de nuestras experiencias humanas. Dios es, podemos decir, padre y madre a la vez porque nos ama con el amor protector del padre y el amor tierno de una madre. El amor de Dios supera ampliamente toda relación humana. ¿Nos sentimos amados de verdad por el amor de Dios Padre-Madre? Sólo quien se siente amado es capaz de amar a su prójimo.

4.- Compendio de todas las oraciones. En el Padrenuestro alabamos el Santo nombre de Dios, que un judío apenas podía pronunciar. Pero la confianza en Dios que nos ha transmitido Jesucristo nos hace hablar con él con toda confianza y a su vez con todo respeto a su santo nombre. En el Padrenuestro le pedimos a Dios muchas cosas: "venga a nosotros tu Reino", "danos hoy nuestro pan de cada día", "no nos dejes caer en la tentación y líbranos del mal". Nuestra oración debe ser perseverante: "Pedid y se os dará". Pedir con confianza sí, pero colaborando también a que se haga realidad lo que pedimos. No podemos pedir por la paz del mundo si nosotros no somos constructores de paz. Dicen que la oración de petición es la más practicada.....Estamos acostumbrados a pedir y nos olvidamos de dar gracias. En el salmo 137 su autor da gracias "de todo corazón" porque "cuando te invoqué me escuchaste". En la primera lectura Abraham "el amigo de Dios" le pide a Dios que no destruya la ciudad y obtiene respuesta "En atención a los diez, no la destruiré". Pero no había ni diez justos..... En la curación de los diez leprosos sólo hay uno que es agradecido. ¿Sabemos conjugar la oración de petición con la de acción de gracias? También en el Padrenuestro nos ofrecemos a Dios "Hágase tu voluntad así en la tierra como en el cielo". ¡Qué difícil nos es decir esta parte de la oración! Muchas veces confundimos la voluntad de Dios con nuestra voluntad. Tengamos en cuenta que la voluntad de Dios es la felicidad de hombre y nos costará menos aceptarla en nuestra vida. En el Padrenuestro pedimos perdón a Dios por nuestras ofensas. En el "antiguo" Padrenuestro en castellano decíamos "deudas", expresión mucho más pobre que confundía, pues podía entenderse que estábamos hablando sólo de las deudas económicas o materiales. Pero no debemos olvidar lo que sigue..."como también nosotros perdonamos a los que nos han ofendido". Esto nos compromete a ser nosotros también "perdonadores". No podemos tener la cara de pedir perdón si no somos capaces de perdonar. Hay personas que se saltan esta expresión del Padrenuestro. Si actuamos así somos como el siervo que fue perdonado en una gran deuda por el rey y no fue después capaz de perdonar a otro una pequeña deuda.

5.- ¿Sabemos rezar el Padrenuestro? ¿Cómo lo hacemos? Tenemos que orar con esta hermosa oración dándonos cuenta de lo que decimos en cada frase, sintiéndolo en nuestro interior, comprometiendo nuestra vida con las palabras que decimos. Me emociona ver cómo hasta los niños de 2 años saben rezarlo. Que no pase un día de nuestra vida sin haber orado con el Padrenuestro. Hacerlo vida es la mejor manera de vivir el Evangelio.

 

José María Martín OSA

www.betania.es

 

LLAMEMOS PAPAÍTO A DIOS

1. - Jesús enseña a sus apóstoles el Padrenuestro que es, en muy pocas palabras, la más alta cumbre de la teología. Y nos muestra un Dios Padre que va a ocuparse de nosotros en lo material y en lo espiritual. A Dios podemos pedirle pan y santidad, justicia y paz, protección y futuro. Tras mostrar el Padrenuestro, Jesús comunica dos condiciones de la oración que, a veces, dejamos de cumplir y utilizar. ¿Por qué no rezamos constantemente? ¿Por que, asimismo, no importunamos a Dios con nuestras peticiones? Dios nos lo va a dar todo. Pero rezamos poco. Y puede ser prueba de nuestra soberbia o de nuestra desesperanza.

 

2. - Cristo, además, nos mostró un Dios Padre cariñoso y tierno. La grandeza de la presencia de Jesús en la tierra estriba en que, en un momento dado, llegada la plenitud de los tiempos, él explicó --como nadie podía hacerlo-- quien y como era Dios. La ley judía se había endurecido hasta el punto de crear una falta imagen de Dios: fuerte, combativo, justiciero y lejano. El aleluya de la misa de este domingo refleja un texto de San Pablo (Rom 8, 15) y se dice: "Habéis recibido un espíritu de hijos adoptivos, que nos hace exclamar: ¡Abba, Padre!". Y eso fue --y es-- toda una revolución, porque, entre otras cosas, la traducción más cabal de "Abba" se acerca a nuestro "Papá" o, incluso, "Papaíto". Es decir, podemos llamar a Dios "Papaíto" y esa palabra sólo nos produce a nosotros ternura. Se abre un mundo de posibilidades para el hombre a partir del Dios cercano y cariñoso que nos mostró Cristo. Y esa es, precisamente, la grandeza del cristianismo frente a las otras dos religiones monoteístas, que también honran a Abrahán. Ellos no han recibido el legado de ese conocimiento íntimo y asequible de Dios. Y, sin embargo, Abrahán es considerado por judíos y musulmanes como el amigo de Dios. Abrahán trata con un Dios asequible que admite una negociación sobre la salvación de dos ciudades. Para negociar algo hay que tener cerca con quien se negocia y han de existir unas bases de confianza y entendimiento para hacerlo. Ya el Antiguo Testamento nos mostraba al Dios cercano y entrañable. Pero los hombres de la antigüedad --también nosotros ahora-- olvidaron la verdadera esencia de Dios y prefirieron construir uno a su medida.

3. - San Pablo, en la Carta los Colosenses, va a describir de manera magistral nuestra comunión con Cristo. Sepultados con el Bautismo vamos a resucitar sin pecados. La misericordia de Dios se nota --en la Nueva Alianza-- en la posibilidad de continuo perdón por el sacrificio de Jesús. Ese conocimiento de que siempre podemos ser perdonados nos podría dar un exceso de presunción sobre nuestro destino final. Pero no es así. El conocimiento del perdón permanente de Dios nos muestra una vez más la ternura de Dios. Pero rezamos poco. Estamos muy atareados con nuestras pequeñas virtudes y nuestras grandes mezquindades y nos olvidamos que el Señor nos espera, todos los días y todas las horas, en "lo oculto de nuestra habitación", el interior de nuestra alma.

 

Ángel Gómez Escorial

www.betania.es

 

TU REZA, QUE DIOS CUMPLIRÁ

1. DIOS PROMETE Y CUMPLE. Nuestra oración insistente, clarifica y nos abre hacia aquello que, por nosotros mismos, somos incapaces de realizar: Dios de una manera segura, simple y suficiente es capaz de colmar nuestras aspiraciones.

¿QUÉ CONDICIONES NOS PONE?

Algo tan sencillo como………………. el pedir

Algo tan natural como……………….. pedirlo al Padre

Algo tan fácil como………………..…. hacerlo a través de Jesús

Algo tan imprescindible como…………….. el solicitarlo con Fe

Algo tan comprometedor como…… el permanecer en El

2.- ¿QUÉ IMPEDIMENTOS SALEN A ESA PETICIÓN?

+La falta de sinceridad; cuando pedimos sin hacer ver a Dios los móviles verdaderos de nuestra solicitud. No me conviene... pero se lo pido porque me apetece

+La ausencia de reconciliación; cuando estando rotos por dentro intentamos que sea Dios quien resuelva el caos o la guerra de nuestra existencia interna o externa. Ya que otros me lo han impedido

+El egoísmo; cuando conocedores de que la felicidad no siempre se consigue con el tener, nos precipitamos por acaparar lo indecible. Siempre es más bueno tener que necesitar. Le diré a Dios que me restituya lo que me corresponde.

+La falta de paciencia; cuando ante la esterilidad aparente de nuestras oraciones nos aburrimos de hablar amistosamente con Dios y, convertimos la oración, en un medio de instrumentalización: ¡como no me das…te dejo!

+La incredulidad; cuando surgen dudas e interrogantes sobre el fruto y el valor más profundo de la oración. ¡Para qué voy a rezar si Dios está sordo!

El evangelio, de este domingo, nos trae a la memoria una gran realidad: Dios se interesa por nosotros. Es ahí donde, el cristiano, descubre que toda su vida –por ser importante para Dios- cobra nuevo impulso cuando se presenta ante El:

+cuando esperamos sin sobresaltos ni exigencias;

+cuando comprendemos que para Dios no hay nada imposible;

+cuando, haciendo un repaso de nuestra historia personal, concluimos que Dios nos da mucho más de lo que le pedimos;

+cuando, lejos de encerrarnos en nuestra autosuficiencia y complacencia, vemos la oración como el arma más poderosa que podemos tener en la mano para agradecer y pedir a Dios aquello que sea necesario para nuestra vida espiritual y material

3.- .Me viene a la memoria la anécdota de aquel náufrago profundamente creyente que pedía y confiaba mucho en Dios, pero que no supo ver su mano en aquel momento donde, en la soledad de una isla, se debatía entre la vida y la muerte.

Llegó una embarcación y el capitán le invitó a subir a proa; el náufrago le contestó: "váyase tranquilo; yo confío en Dios". Al día siguiente un submarino se percató de la presencia del accidentado y nuevamente le pidieron que recapacitara en su postura y que embarcase; "váyanse tranquilos…confío plenamente en Dios". Por tercera vez un trasatlántico atisbó las circunstancias trágicas en las que se encontraba el solitario náufrago convidándole una vez más a abandonar la isla. Ante su negativa el crucero siguió su curso.

Cuando pasaron los días y las fuerzas se fueron debilitando el náufrago cerró ojos y se presentó ante Dios increpándole: "¡cómo no has hecho nada por mí en los momentos de peligro!" "¿no te das cuenta el ridículo en que me has dejado ante mis familiares y amigos cuando yo tanto esperaba de Ti?". Dios, sigue esta parábola, le cogió por el hombro y le contestó: "amigo; tres embarcaciones te envié y no quisiste ninguna".

Que nuestra oración sea como la del agua que, por su persistencia y no por su consistencia, es capaz de romper o erosionar la mayor de las rocas. Que nuestra oración sea, sobre todo, unos prismáticos que nos ayuden a ver y aprovechar los signos de la presencia de Dios en nuestra vida. Dicho de otra manera; que la oración sea esa sensibilidad para ver ciertos golpes de gracia…como la mano certera de Dios a nuestras necesidades.

 

Javier Leoz

www.betania.es

 

Guión para el DOMINGO 17º DURANTE EL AÑO - 29 de Julio

Celebrando

la Vida

en el

Nuevo Milenio

Guiones para la celebración de la Cena del Señor

Ciclo "C"

Miguel Ángel Osimani

EDICIONES BETANIA

 

 

 

DOMINGO 17º

DURANTE EL AÑO

 

 

PREPARACIÓN: 

Antes de la salida del celebrante

 

Cada vez que celebramos la Eucaristía, como la de este domingo décimo séptimo del tiempo durante el año, estamos celebrando gozosamente la Pascua del Señor, con el compromiso de dar testimonio, de comunicar la Buena Nueva, sintiendo la necesidad de entrar en comunión y diálogo con los hombres que necesitan conocer a Dios.

 

AMBIENTACIÓN: 

Luego del saludo inicial y antes del acto penitencial

 

Hoy el Señor nos enseña a orar, a dirigirnos a nuestro Padre, con humildad y confianza filial, sin descanso, insistentemente, en un diálogo amoroso de apertura y aceptación de la voluntad de Dios, que no siempre coincide con nuestros deseos. Y esta oración siempre es escuchada por nuestro Padre bueno, ya que Él espera nuestra respuesta al amor que constantemente nos ofrece. La oración del hombre justo atrae la misericordia y obtiene el perdón de los demás .

1ª. LECTURA:  (Gn 18, 20-21. 23-32 )         (Ver texto)

 

Este modelo del Antiguo Testamento, es un modelo del diálogo de amigo con Dios, es un modelo de cómo Él está siempre dispuesto a escucharnos.

SALMO RESP.:     (137, 1-3. 6-7a. 7c-8 )     (Ver texto)

                    R.   ¡Me escuchaste, Señor, cuando te invoqué!               

2ª. LECTURA:     (Col 2, 12-14)     (Ver texto)

 

El Apóstol nos manifiesta que en Cristo, Dios nos ha perdonado y nos ha dado la verdadera vida.

EVANGELIO:    (Lc 11, 1-13)      (Ver texto)

 

Hoy, en el santo Evangelio, es el mismo Jesús quien nos enseña cómo dirigirnos a nuestro Padre del Cielo.

 

ORACIÓN DE LOS FIELES:

 

CELEBRANTE:

 

Queridos hermanos, siguiendo las palabras de Jesús, que nos enseña que debemos orar siempre, insistentemente y sin desanimarnos, presentemos al Padre nuestras necesidades.

 

GUÍA:  A cada una de las peticiones responderemos orando:

"PADRE, ESCÚCHANOS Y ENSÉÑANOS A ORAR"

v Padre nuestro, para que la Iglesia, bajo la guía del Santo Padre, sea siempre el Memorial del Señor que continúa amando y preocupándose del bien de todos por medio nuestro, te pedimos...

 

v Dios de bondad, para que bajo la guía de nuestro Obispo y de nuestros sacerdotes, seamos fervientes en la oración, pidiendo que el Espíritu Santo que habita en nosotros nos ilumine y nos dé fuerzas para que seamos capaces de hacer en cada momento la voluntad de Dios, te pedimos...

 

v Señor de la historia, para que todos los habitantes de esta nación, gobernantes y gobernados, nos unamos de verdad y pidamos la asistencia de tu Santo Espíritu para que nos ilumine a encontrar el camino que nos permita vivir en concordia y en paz, te pedimos...

 

v Dios rico en misericordia, para que tantas familias que se encuentran sufriendo necesidades que les impiden vivir dignamente, encuentren el acompañamiento de tu amor y bondad infinita, en nuestra ayuda fraterna, te pedimos..

 

v Señor de la vida, para que toda nuestra comunidad sea insistente en la oración, pero también esforzada en el amor fraterno y valiente en el anuncio del Evangelio hecho desde el testimonio de nuestras vidas, te pedimos...

 

CELEBRANTE:

 

Escucha, Padre, las plegarias que te hemos presentado, tú que eres nuestro auxilio. Atiende nuestros anhelos y danos todo aquello que no nos atrevemos a pedirte. Por Cristo, nuestro Señor.

 

PRESENTACIÓN DE LAS OFRENDAS:

 

Presentemos ahora, sobre la mesa del altar, un sincero deseo de establecer con nuestro Padre, un auténtico diálogo de amor, en una verdadera disponibilidad de aceptación plena de su voluntad.

DIÁLOGO DEL PREFACIO:

Al iniciarse el Prefacio (antes de "El Señor esté con vosotros")

El Señor escucha siempre a su pueblo; el Señor nos bendice siempre con su infinito amor. Por ello ahora que renovaremos una vez más el mayor don de su bondad, démosle gracias con alegría.

COMUNIÓN:

 

El entrar en una íntima comunión con Cristo nos implica entrar también en una íntima y verdadera comunión con todos y cada uno de nuestros hermanos, y así toda nuestra vida se hace una auténtica oración a Dios.

DESPEDIDA:

Cada Eucaristía en la que participamos debe producir en nosotros verdaderos frutos, y el de hoy debe ser una mayor y mejor participación del momento más importante para dialogar con el Señor: la liturgia eucarística. Así, viviéndola plena y conscientemente, será la fuente de toda oración y la garantía de su autenticidad.

 

 

 

sábado, julio 21, 2007

Reflexión de la lectura del domingo 22/07/07

DOMINGO X VI DURANTE EL AÑO

 

Señor mío, no pases de largo delante de tu servidor

 

Lectura del libro del Génesis

18, 1-10a

 

El Señor se apareció a Abraham junto al encinar de Mamré, mientras él estaba sentado a la entrada de su carpa, a la hora de más calor. Alzando los ojos, divisó a tres hombres que estaban parados cerca de él. Apenas los vio, corrió a su encuentro desde la entrada de la carpa y se inclinó hasta el suelo, diciendo: «Señor mío, si quieres hacerme un favor, te ruego que no pases de largo delante de tu servidor. Yo haré que les traigan un poco de agua. Lávense los pies y descansen a la sombra del árbol. Mientras tanto, iré a buscar un trozo de pan, para que ustedes reparen sus fuerzas antes de seguir adelante. ¡Por algo han pasado junto a su servidor!»

Ellos respondieron: «Está bien. Puedes hacer lo que dijiste».

Abraham fue rápidamente a la carpa donde estaba Sara y le dijo: «¡Pronto! Toma tres medidas de la mejor harina, amásalas y prepara unas tortas».

Después fue corriendo hasta el corral, eligió un ternero tierno y bien cebado, y lo entregó a su sirviente, que de inmediato se puso a prepararlo. Luego tomó cuajada, leche y el ternero ya preparado, y se los sirvió. Mientras comían, él se quedó de pie al lado de ellos, debajo del árbol.

Ellos le preguntaron: «¿Dónde está Sara, tu mujer?»

«Ahí en la carpa», les respondió.

Entonces uno de ellos le dijo: «Volveré a verte sin falta en el año entrante, y para ese entonces Sara habrá tenido un hijo».

 

 

Palabra de Dios.

 

SALMO RESPONSORIAL                                                    14, 2-5

 

R.     Señor, ¿quién entrará en tu Casa?  

 

El que procede rectamente

y practica la justicia;

el que dice la verdad de corazón

y no calumnia con su lengua.   R.

 

El que no hace mal a su prójimo

nI agravia a su vecino,

el que no estima a quien Dios reprueba

y honra a los que temen al Señor.   R.

 

El que no se retracta de lo que juró

aunque salga perjudicado.

El que no presta su dinero a usura

       ni acepta soborno contra el inocente.

El que procede así, nunca vacilará.   R.

 

 

 

El misterio oculto desde toda la eternidad,

ahora ha sido manifestado a los santos

 

Lectura de la carta del Apóstol san Pablo

a los cristianos de Colosas

1, 24-28

 

Hermanos:

Me alegro de poder sufrir por ustedes, y completo en mi carne lo que falta a los padecimientos de Cristo, para bien de su Cuerpo, que es la Iglesia. En efecto, yo fui constituido ministro de la Iglesia, porque, de acuerdo con el plan divino, he sido encargado de llevar a su plenitud entre ustedes la Palabra de Dios, el misterio que estuvo oculto desde toda la eternidad y que ahora Dios quiso manifestar a sus santos. A ellos les ha revelado cuánta riqueza y gloria contiene para los paganos este misterio, que es Cristo entre ustedes, la esperanza de la gloria.

Nosotros anunciamos a Cristo, exhortando a todos los hombres e instruyéndolos en la verdadera sabiduría, a fin de que todos alcancen su madurez en Cristo.

 

Palabra de Dios.

 

 

 

EVANGELIO

 

Marta recibió a Jesús en su casa. Maria eligió la mejor parte

 

a    Evangelio de nuestro Señor Jesucristo

según san Lucas

10, 38-42

 

Jesús entró en un pueblo, y una mujer que se llamaba Marta lo recibió en su casa. Tenía una hermana llamada María, que sentada a los pies del Señor, escuchaba su palabra.

Marta, que estaba muy ocupada con los quehaceres de la casa, dijo a Jesús: «Señor, ¿no te importa que mi hermana me deje sola con todo el trabajo? Dile que me ayude».

Pero el Señor le respondió: «Marta, Marta, te inquietas y te agitas por muchas cosas, y sin embargo, una sola cosa es necesaria. María eligió la mejor parte, que no le será quitada».

 

Palabra del Señor.

 

 

 

Reflexión

 

 

CUANDO SE OLVIDA LO IMPORTANTE

1.- No hace mucho tiempo, visitando a un enfermo que se encontraba rodeado de toda su familia, observé cómo sus hijos se afanaban en agasajarle con todo lo mejor. En un momento dado una hija le preguntó: "¿padre, estas bien?, ¿quieres algo más?" Después de una breve pausa y con voz débil, el padre, les contestó: "simplemente quiero estar con vosotros; no me hace falta nada más". A aquel hombre le importaba muy poco o nada lo material; lo que de verdad quería y necesitaba era a ellos.

El evangelio de este domingo es una llamada a permanecer en la presencia del Señor. Con cierta frecuencia (en nuestras celebraciones y en nuestra pastoral) ponemos tanto empeño en tener todo a punto, que puede más la inquietud que la serenidad, la perfección que la espontaneidad, el estrés que el afán por acoger con sencillez a Dios.

2.- Tal vez sobran medios e inventos en nuestras iglesias, consejos y grupos, dinámicas y reuniones en otras tantas comunidades (aunque sean importantes) y, por el contrario, brillan por su ausencia y hacen falta adoradores: hombres y mujeres que se sienten, al calor de un sagrario o a la sombra de un crucifijo, hablando o dejando que diga algo el silencio de Dios; cristianos que saquen chispa y jugo al paladar leyendo o masticando la Palabra de Jesús.

Frente a la inquietud es bueno el saber pararse con uno mismo. Preguntarse por el fondo y el por qué de tantas cosas que uno realiza en el día a día sin ton ni son.

Frente al nerviosismo es saludable la tranquilidad. "No por hacer mucho, se es feliz".

3.- En cierta ocasión un sacerdote se puso delante del Señor y comenzó a enumerar el completo programa de actividades cumplido en ese día:

*Señor he madrugado y he bajado al despacho para atender a numerosos feligreses

*Señor, he visitado cuatro enfermos que necesitaban auxilio

*Señor, he puesto en orden la biblioteca parroquial

*Señor; tu sabes que, durante toda la tarde, he estado atendiendo a catequistas y padres

*Señor, he estado al frente de algunas decisiones para las obras que tengo pendientes en tu templo

*Señor, me he cansado en las sucesivas reuniones con los sacerdotes y grupos

*Señor, he tenido que acudir a las entidades bancarias para interesarme por la caridad de mi parroquia

*Señor, he planteado programas que serán de vanguardia y rompedores en mi acción pastoral para el próximo curso

Y así, después de una larga lista de pequeñas o de grandes acciones, el sacerdote clavó los ojos en el crucificado preguntándole; ¿qué más quieres que haga, Señor? Jesús, desde la cruz, le contestó: "has olvidado lo más importante; el estar un momento conmigo…te has olvidado de mí ¿Cuánto hace que no rezas?".

4.- El verano, en este sentido (lo expresaba muy bien el Papa Benedicto en el inicio de sus vacaciones) nos puede aportar lugares para la contemplación y el descanso. Pero, no por ser verano, podemos concluir que el oxígeno para el alma o el descanso para el cuerpo lo tengamos asegurado. El trajín, las salidas y las venidas, las subidas y las bajadas, el monte o el mar, el aire o la playa… nos pueden convertir en "nuevas Martas" con un final estival agotador, desolador, abrasador y vacío de contenido.

Más razón que un santo tiene el Señor cuando nos dice; "sólo una cosa es necesaria". Me quedo con aquella que Jesús propone: sentarnos frente a El de vez en cuando y dejar que repose, refrescándose, el alma que todos llevamos dentro.

 

Javier Leoz

www.betania.es

 

ESCOGER LO MEJOR

1. - Impresiona la continua cercanía de Abrahán a Dios. Esa familiaridad y contacto permanente. En el fragmento del Génesis que leemos hoy usa de la hospitalidad oriental para el Señor y sus enviados preparándoles descanso, limpieza y comida. Alguna vez, por extraordinario que parezca decirlo aquí y ahora, nos gustaría tener la oportunidad de Abrahán de tener al Señor como huésped e invitarle a comer. Es verdad que Él está cerca y en muchas ocasiones de nuestra vida le hemos sentido al lado. Otras, cuando la desolación llega, puede parecer que no le encontramos. Pero, tal vez, nos debe pasar lo que a Marta: estamos tan atareados, de un lado para otro, con más sentido del movimiento que de la eficacia, con, asimismo, más capacidad para trajinar y poca calidad en nuestro trabajo espiritual que no somos capaces de verle u oírle.

2. - El Evangelio de San Lucas sin citar Betania, es "solo una aldea", nos presenta la casa donde Jesús iba a descansar muchas veces y el entorno en el que se produjo la resurrección de Lázaro. Aquí --y ahora-- merece la pena profundizar un poco más, junto con Abrahán, en esa necesidad de que Dios --el Señor, la imagen visible del Dios invisible, Jesús-- esté siempre cerca de nosotros.

La mayoría de las grandes preguntas de fe o las cuestiones difíciles de nuestra vida como cristianos solo se van a poder resolver si, puestos en la presencia de Dios, le preguntamos a Él. Hay muchas gentes que, sin duda, creen en Él, pero no cuentan con Él. Les asusta esa cercanía que, sin duda, incluye compromiso. Nadie puede --salvo uno mismo-- saber con exactitud cual es el nivel de relación con Dios de los otros. Hay que tener cuidado ante cualquier presunción o mal juicio. Pero, sin embargo, puede intuirse esa especie de lejanía de Dios por el simple hecho de aplicar una realidad demasiado corta, aunque "científica". Hay otros que han convertido a Dios en solo un sentimiento, utilizable en los momentos de blanda bonanza o de suave desesperanza. Es como el recuerdo entrañable de unas antiguas vacaciones. Tampoco es eso. Dios vive y está cerca de nosotros. Y así nos planteamos ser todos tener algo de Marta y de María. Saber contemplarle a Él en toda ocasión y no por eso dejar de trabajar.

3. - San Pablo llegaría a lo más alto en la cercanía de Cristo al sentir en su cuerpo los dolores de la Pasión del Señor. Vivir en Jesús y no vivir por si mismo, como nos cuenta en el pasaje de la Epístola a los Colosenses que leemos hoy. Pero también Pablo estuvo en esas altas cumbres místicas, según el episodio contado por el mismo en la Segunda Carta a los Corintios. De la cercanía sentida de Dios puede llegar mucha ayuda. No debemos, pues, de escatimar los dones de esa presencia cercana del Señor. No hay más que pararse un poco. Dirigir nuestro pensamiento hacia Él y, en seguida, estará a nuestro lado.

 

Ángel Gómez Escorial

www.betania.es

 

LAS AMAS DE CASA

1. - Conocida por todos posiblemente es la frase de nuestra Mística castellana, Santa Teresa de Ávila: "también entre pucheros anda Dios". Tal vez, es menos conocida esta otra, escrita interpretando precisamente el pasaje del Evangelio de Marta y Maria: "Si todas estuvieran como la Magdalena embebidas, no hubiera quien diera de comer a este divino huésped", en que Santa Teresa toma abiertamente partido por Marta, un poco en contra de lo que aparentemente dice Jesús. Lo cual es muy propio de Santa Teresa. Ya sabéis que yendo de viaje sobre una mula se desató una tremenda tormenta, y tanto se cansó y se mojó la santa, que ya sin poder aguantar se enfrentó al Señor y le soltó: "Señor, no me extraña que tengáis tan pocos amigos si a los que lo somos nos tratáis tan mal" La familiaridad de Teresa con Jesús le permitían estas expresiones. Y la familiaridad de Jesús con Marta, María y Lázaro le permitieron a Él y a Marta aquellas frases que acabamos de leer.

2. - Es san Juan el que nos deja escrito: "Jesús amaba a Marta, a su hermana y a Lázaro". Por ese orden. Y sin duda Marta lo sabía. Y por eso cuando ya se vio ahogada con la preparación de una comida para por lo menos trece huéspedes que se habían presentado de improviso (y las amas de casa que estáis ahora aquí sabéis lo que eso significa) No se dirige a María, sino a Jesús y como santa Teresa se encara con Él y le dice: "Pero Señor es que no te importa que mi hermana me haya dejado sola en el servicio. Dile que me eche una mano". Con otras palabras: "basta ya de cháchara, Señor, que no doy abasto y os tengo que preparar de comer.

Y en ese mismo ambiente familiar la contestación de Jesús: "una sola cosa es necesaria". No son pocos los que la interpretan como si el Señor hubiera dicho: "Marta, vengo a pasar unas horas con vosotros y tú te metes en la cocina y no hay manera de verte y oírte. Por favor, déjalo todo que con cualquier cosa me contento. Un par de huevos es suficiente".

3. - De una cosa si nos quiere avisar el Señor. Y es del peligro de robotismo. A fuerza de trabajar, a fuerza de atender a los mil detalles que exige un hogar acabamos por no saber para qué trabajamos. El norte se nos niebla y no nos queda más que la monotonía desesperante de ese día a día. Siempre igual en la mayoría de nuestras ocupaciones y mucho más en el trabajo de la casa. Y tanto más lo sentís vosotras las amas de casa cuando muchas veces vuestro trabajo pasa desapercibido y no merece ni un gracias por parte de los vuestros, por los que trabajáis día a día y año tras año.

Y no estaría de más que los Lázaros y las Marías que estáis aquí, maridos, hijos, hijas, hermanos, os pararais a pensar lo que esa madre de familia viene haciendo por cada uno de vosotros. Y primero se lo agradecéis de corazón y segundo pensáis en que podéis echar una mano en el trabajo del hogar. Y es hogar cuando todos participan en él, y no se convierte en una pensión, que lo mismo se puede llamar Pensión Juana que La Casa de la Troya

El Señor nos ayude a todos a realizar en nuestras vidas el adagio latino de "Ora et Labora", Ora y Trabaja. Sabiendo encontrar a Dios entre los pucheros como Santa Teresa. Y para terminar quiero deciros que estoy seguro de que Jesús diría a María: "Anda a ayudar a tu hermana.

 

José María Maruri, SJ

www.betania.es

 

Guión de misa DOMINGO 16º DURANTE EL AÑO - 22 de Julio 2007

Celebrando

la Vida

en el

Nuevo Milenio

Guiones para la celebración de la Cena del Señor

Ciclo "C"

Miguel Ángel Osimani

EDICIONES BETANIA

 

 

 

DOMINGO 16º

DURANTE EL AÑO

 

 

PREPARACIÓN: 

Antes de la salida del celebrante

 

Hermanos, celebramos el domingo décimo sexto del tiempo durante el año, y hoy el Señor, que nos ha llamado y viene a nuestro encuentro, nos va a hablar de cómo debe ser nuestra actitud para recibirlo, ya que su visita es lo único importante y lo que realmente debe retener toda nuestra atención.

 

AMBIENTACIÓN: 

Luego del saludo inicial y antes del acto penitencial

 

El Señor viene a nosotros y nos pide que lo recibamos y lo escuchemos, previniéndonos acerca de los excesivos afanes, preocupaciones y ansiedades por tantas cosas que nos rodean y que generalmente ponemos en primer lugar, lo que nos impide una actitud de escucha y meditación de la Palabra de Dios. Hoy Jesús nos manifiesta que viene a traernos el Reino de Dios, lo único importante y ante lo cual todo lo demás debe ceder en importancia. Hoy nos invita a saber elegirlo.

1ª. LECTURA:  (Gn 18, 1-10a )         (Ver texto)

 

Este relato nos presenta una escena familiar, y por la hospitalidad con que Abráhan recibe la visita del Señor, Dios lo premia con la fecundidad de Sara, que es el cumplimiento de la promesa que Él mismo le hiciera

SALMO RESP.:     (14, 2-5)     (Ver texto)

                    R.   Señor, ¿quién entrará en tu Casa?               

2ª. LECTURA:     (Col 1, 24-28)     (Ver texto)

 

Pablo nos manifiesta que Cristo nos revela la riqueza de Dios en la pobreza de la cruz, siendo él, Pablo, distribuidor de la misma a los hombres.

EVANGELIO:    (Lc 10, 38-42)      (Ver texto)

 

En el Evangelio, Jesús nos manifiesta el valor de la escucha de la Palabra de Dios.

 

ORACIÓN DE LOS FIELES:

 

CELEBRANTE:

 

Seguros del amor de nuestro Padre del Cielo, que nos lo da gratuitamente, presentémosle ahora nuestra oración de verdaderos hijos suyos, por nuestras necesidades y las de todos los hombres.

 

GUÍA:  A cada una de las peticiones responderemos orando:

"QUE TU PALABRA ABRA NUESTRO CORAZÓN"

v Padre todopoderoso, para que la predicación de tu Iglesia y del Santo Padre, transformando nuestras vidas por la recepción del mensaje de tu Hijo, nos empuje a la transformación del mundo, te pedimos...

 

v Padre santo, para que en nuestra Iglesia diocesana, sostenida permanentemente por la Palabra de Jesús , se viva una intensa vida de oración, siendo contemplativa y al mismo tiempo trabajando sin descanso por el Reino de Dios., te pedimos...

 

v Dios de bondad, para que los responsables de las naciones reciban en su corazón el mensaje de paz y amor que nos trajo Jesús, y se terminen defintivamente el terrorismo y las guerras fraticidas, te pedimos...

 

v Padre de las misericordias, para que tantos hermanos nuestros que carecen de trabajo y sus familias de lo indispensable para vivir dignamente, reciban nuestra ayuda fraterna que les ayude a seguir esperando, te pedimos...

 

v Padre nuestro, para que a todos los que formamos esta comunidad, la excesiva preocupación por las cosas materiales no nos haga imposible el silencio interior que necesitamos para acoger a Dios, y para dejarnos acoger por Él., te pedimos...

 

CELEBRANTE:

 

Padre bueno, escucha la oración de tu Iglesia y concédenos el que siempre y por sobre todas las cosas, busquemos en tu Hijo el único alimento para la vida eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor.

 

PRESENTACIÓN DE LAS OFRENDAS:

 

Hoy más que nunca ofrezcamos a nuestro Padre, el hacer de nuestras vidas una verdadera oblación a El, pidiendo por sobre todo, que su Reino venga a nosotros.

DIÁLOGO DEL PREFACIO:

Al iniciarse el Prefacio (antes de "El Señor esté con vosotros")

Elevemos nuestra acción de gracias a nuestro Padre, que nos ha dado a su Hijo en un inconcebible acto de amor, y con Él, el camino para buscar por sobre todo, el Reino de Dios y su justicia.

COMUNIÓN:

 

Hemos sido alimentados por la Palabra de Dios, y ahora se nos ofrece su mismo Hijo en este sacramento de vida que compartimos fraternalmente con nuestros hermanos, y que nos da la certeza que ya el Reino de Dios está en medio nuestro.

DESPEDIDA:

Al regresar a nuestras tareas cotidianas, hagámoslo con un propósito, fruto de esta celebración dominical: que a pesar de todas la dificultades y todas las preocupaciones de la vida presente, sepamos recibir a Jesús que nos visita y quiere hacernos sus discípulos, y para ello es necesario que lo escuchemos.