Celebrando la Vidaen el Nuevo Milenio Guiones para la celebración de la Cena del Señor Ciclo "C" Miguel Ángel Osimani EDICIONES BETANIA
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DOMINGO 20º DURANTE EL AÑO
PREPARACIÓN: Antes de la salida del celebrante |
Celebramos hoy el domingo vigésimo del tiempo durante el año, y esta Eucaristía debe ayudarnos a vivir siendo signos de contradicción, como el anciano Simeón le dijo a María que sería el mismo Cristo; debe ayudarnos a vivir en un clima de permanente violencia al pecado que quiere trabarnos en su seguimiento. |
AMBIENTACIÓN: Luego del saludo inicial y antes del acto penitencial |
El Señor hoy nos presenta a Jesús como enviado a poner fuego en la tierra; su misión no consiste en sembrar la división, pero de hecho la provoca, es por eso, signo de contradicción; ante Él no puede existir la indiferencia, sino su aceptación o rechazo. La fidelidad a Cristo nos exige una opción que frecuentemente supone desgarramiento y contradicción, nos exige el ser bautizados en la cruz. Él ha venido atraer el fuego del amor, para que el corazón de los hombres arda en el amor a Dios y a los demás. |
1ª. LECTURA: (Jr 38, 4-6. 8-10 ) (Ver texto) |
Este texto, que es histórico y concreto, nos muestra la vida del Profeta como un martirio continuado, ya que su misión es vivir pronunciando los juicios de Dios y acatando sus órdenes. |
SALMO RESP.: (39, 2-4. 18) (Ver texto) |
R. ¡Señor, ven pronto a socorrerme! |
2ª. LECTURA: (Hb 12, 1-4) (Ver texto) |
Esta carta nos presenta el significado de la prueba y el sufrimiento cristianos, el sentido de la violencia que se nos impone en diversa medida. |
EVANGELIO: (Lc 12, 49-53) (Ver texto) |
Jesús se nos presenta como el que viene a instaurar el Reino, exigiendo una purificación que Él mismo se encargará de llevar a término. |
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ORACIÓN DE LOS FIELES:
CELEBRANTE: |
Jesús nos ha enseñado el verdadero amor por Dios y los hermanos, siguiendo su ejemplo elevemos nuestra oración al Padre, pidiéndole que escuche nuestras peticiones.
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GUÍA: A cada una de las peticiones responderemos orando: |
"SEÑOR, ENCIÉNDENOS CON EL FUEGO DE TU AMOR" |
v Padre bueno, porque queremos que la Iglesia, bajo la guía del Santo Padre, sea siempre fiel en su misión de iluminar el mundo con la luz del Evangelio, te pedimos...
v Padre santo, para que nuestra Iglesia diocesana asuma el compromiso que tenemos de anunciar la verdad y denunciar el peligro que nos acecha, con los criterios dominantes del materialismo y la violencia, te pedimos...
v Padre todopoderoso, porque queremos una Patria en la que se terminen definitivamente los egoísmos personales y sectoriales, y en la que todos busquemos el bien común, preocupándonos fundamentalmente por los más pobres y necesitados, te pedimos...
v Padre misericordioso, para que nuestros hermanos peruanos, que están sufriendo a causa del terremoto, encuentren el consuelo y la fortaleza en tu amor, y en nosotros la ayuda material que les ayude a poder reconstruir sus hogares, saliendo de la miseria en que han quedado postrados, te pedimos...
v Padre nuestro, para que todos los miembros de esta comunidad, no s iendo ni tan prudentes ni tan cobardes a la hora de presentar tu mensaje, demos testimonio con nuestras vidas, de adhesión y fidelidad total al Evangelio, convirtiéndonos en elementos de unidad, de paz y de concordia, te pedimos...
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CELEBRANTE: |
Dios misericordioso, tu Hijo se ha manifestado al mundo como signo de contradicción, concédenos que también nosotros podamos, con nuestras vidas, ser portadores de su paz y amor en medio de la violencia que supone la firme adhesión a su persona. Por Jesucristo, nuestro Señor.
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PRESENTACIÓN DE LAS OFRENDAS: |
Ofrezcamos a Dios un compromiso cierto a ser en el mundo signos de contradicción, que seguimos a Cristo sin componendas con las exigencias del mundo. |
DIÁLOGO DEL PREFACIO: Al iniciarse el Prefacio (antes de "El Señor esté con vosotros") |
Con fe y alegría hagamos ahora nuestra acción de gracias al Padre, por Cristo, que con el fuego de su amor, con su cruz y con su obediencia, nos ha purificado de nuestros pecados. |
COMUNIÓN: |
El participar del Cuerpo de Cristo, nos implica también participar de su vida, de su misión: traer al mundo el fuego de su infinito amor por toda la humanidad. |
DESPEDIDA: |
Al finalizar nuestra Eucaristía dominical, volvemos a nuestros hogares, a nuestros ambientes, con el compromiso de ser portadores del amor misericordioso del Señor, y de estar dispuestos a vivir constantemente el desgarramiento y contradicción que supone el seguimiento de Cristo..
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