Celebrando la Vida en el Nuevo Milenio Guiones para la celebración de la Cena del Señor Ciclo "B" Miguel Ángel Osimani EDICIONES BETANIA |
DOMINGO 28º DURANTE EL AÑO PREPARACIÓN: Antes de la salida del celebrante |
Hermanos, nuestra celebración eucarística de este domingo vigésimo octavo durante el año, debe ser de un momento fuerte de encuentro con el Señor y con nuestros hermanos, que debe estimularnos a tener una existencia cristiana tal como nos lo propone Jesús, y revisar profundamente el papel de la Palabra en nuestra vida diaria. |
AMBIENTACIÓN: Luego del saludo inicial y antes del acto penitencial |
El Señor nos expresa claramente que todos los hombres son llamados a participar de su Reino, y ésta es precisamente la tarea que Él da a sus discípulos, y en ella a todos los bautizados, tarea que es su vocación fundamental: anunciar sin cesar el Evangelio de la vida, difundir la fe según su propia condición. Es por ello que debemos dedicar todas nuestras fuerzas, nuestras energías, nuestro tiempo, nuestro corazón y nuestra vida a trabajar por el Reino de Dios. A eso es a lo que nos llama Jesús. |
Este libro sapiencial nos dice que el sabio no es el que ostenta títulos y merecimientos, sino aquél que capta la verdad de las cosas y descubre en ellas una gran riqueza espiritual. |
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R. Señor, sácianos con tu amor. |
En el corazón de los primeros cristianos surgió esta vibrante proclamación de la fuerza y actualidad de la Palabra de Señor. Palabra que se realiza porque es lo que Dios quiere hacer. |
Jesús nos invita a prescindir de nuestras seguridades materiales para lanzarnos a una aventura fascinante: hallara a Jesús y la vida nueva. |
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ORACIÓN DE LOS FIELES: CELEBRANTE: |
Queridos hermanos, presentemos a Dios, nuestro Padre, con total confianza de verdaderos hijos suyos que somos, nuestra oración por las necesidades de la Iglesia, del mundo y de todos los hombres. |
"SEÑOR, ESCÚCHANOS Y HAZNOS TRABAJADORES DE TU REINO DE AMOR" |
GUÍA: A cada una de las peticiones responderemos orando: |
v Por la Iglesia y el Santo Padre, para que todos participemos en su misión universal de llevar a todos los hombres del mundo en seguimiento de Cristo, en camino hacia el Reino de Dios, oremos... v Por nuestro Obispo y sus presbíteros, para que junto a ellos formemos una Iglesia diocesana que asuma su compromiso de ser anunciadora del Evangelio de la vida, oremos... v Por nuestra patria, para que se depongan las lucha por egoísmos y ambiciones, personales y sectoriales, y todos nos unamos de verdad para poder construir una nación cada vez más fraterna y más solidaria, oremos... v Por todas las comunidades cristianas, para que en ellas se abran el corazón y las manos de todos, y así contribuyamos con generosidad en la ayuda de tantas familias que se encuentran careciendo de lo indispensable para poder subsistir, oremos... v Por todas las familias de nuestra comunidad, para que asumamos nuestra responsabilidad de educar a nuestros hijos en el Evangelio de la vida, y así ellos asuman comprometidamente el llamado de Dios a compartir con los demás el tesoro de la fe, oremos... |
CELEBRANTE: |
Dios y Padre nuestro, que quieres que todos los hombres se salven y vengan al conocimiento de la verdad, ayúdanos a trabajar cada día con mayor entrega en la salvación de los hombres, para que junto con todos nuestros hermanos, incorporados a tu Iglesia, podamos llegar a ti. Te lo pedimos por Cristo, nuestro Señor. |
PRESENTACIÓN DE LAS OFRENDAS: |
Ofrezcamos ahora al Señor, junto al pan y el vino, toda nuestra vida y nuestras cosas, para que toda ella quede también consagrada a Dios. |
DIÁLOGO DEL PREFACIO: Al iniciarse el Prefacio (antes de "El Señor esté con vosotros") |
Con la alegría que nos produce el saber que somos hijos de Dios, alabémoslo porque es él quien nos ha llamado a forma parte de su Reino y quiere extenderlo a todos los hombres. |
COMUNIÓN: |
Que nuestro encuentro con Cristo, que se dan en nosotros en el sacramento de la Eucaristía, nos ayude a abrirnos y a entregarnos más a nuestros hermanos, a servirlos y a comunicarles nuestra fe. |
DESPEDIDA: |
Nuestro compromiso, fruto de esta Eucaristía, debe ser el de poner todo lo que hemos recibido del Señor o es fruto de nuestro trabajo: nuestros bienes temporales, nuestros bienes espirituales y nosotros mismos, a disposición del Señor, para que su Reino llegue a todos los hombres. |
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