jueves, abril 24, 2008

Guion misa VI de Pascua - Domingo 27 de Abril ciclo A

 

Celebrando la Vida

en el

Nuevo Milenio

Guiones para la celebración de la Cena del Señor

Ciclo "A"

Miguel Ángel Osimani

EDICIONES BETANIA

 

DOMINGO SEXTO DE PASCUA

 

 

PREPARACIÓN:    

Antes de la salida del celebrante.

 

Hermanos, nos encontramos celebrando la Pascua, la gran fiesta cristiana; concretamente, celebramos el sexto domingo de este tiempo de verdadera fiesta, fiesta que expresa aquello que es más fundamental en nuestra fe.

La Pascua nos invita a unirnos a la vida nueva de Jesucristo, compartiendo su amor nuevo, caminando hacia el mundo nuevo que el Padre quiere para todos los hombres: y el Espíritu Santo es quien nos guía en este peregrinar hacia la Casa del Padre.

 

AMBIENTACIÓN:

Luego del saludo inicial y antes del acto penitencial.

 

El Señor hoy nos manifiesta que Él asciende al Padre, pero no nos deja solos, ya que permanecerá en medio nuestro por la misterios presencia del Espíritu Santo: ese Espíritu que viene a nosotros y nos penetra hasta lo más profundo de nuestra existencia, santificando toda nuestra vida y habitando en nuestros corazones como en un templo, llevándonos al conocimiento de toda la verdad y unificándonos en la comunión y el servicio a los demás.

 

1ª. LECTURA:             (Hch 8, 5-8. 14-17)    (texto)

 

Escuchemos cómo va creciendo la Iglesia en sus comienzos, por su obra inspirada, dirigida y cumplida por ella, con el Espíritu Santo.

 

SALMO RESP.:          (65, 1-3a. 4-7a. 16-20  (texto)

 

R.   ¡Aclame al Señor toda la tierra!

 

2ª. LECTURA:          (1 Pe 3, 15-18)    (texto)

 

El Apóstol nos exhorta a defender nuestra fe, dando razón de nuestra esperanza, aún a costa de cualquier padecimiento.

 

EVANGELIO:           (Jn 14, 15-21)    (texto)

 

Jesús, en este pasaje del Evangelio, nos anuncia el envío del Espíritu Santo, que será quine nos guíe hacia el Padre.

 

ORACIÓN DE LOS FIELES:

 

CELEBRANTE:

 

Y ahora, queridos hermanos, unidos a Jesucristo, firmemente arraigados en su amor, elevemos nuestra plegaria, humilde y confiada, a nuestro Padre del Cielo.

 

GUÍA: A cada una de las intenciones responderemos orando:

 

"SEÑOR, ESCÚCHANOS Y ENVÍANOS TU ESPÍRITU DE AMOR"

 

v Señor, al pedirte por la Santa Iglesia y el Santo Padre Benedicto XVI, para que siempre sea el testimonio por el que los hombres te conozcan y te amen, te pedimos...

 

v Señor, al pedirte por nuestro Obispo y nuestros sacerdotes, para que tu Espíritu los asista y fortalezca constantemente en su ministerio de guiarnos para formar una Iglesia diocesana verdaderamente evangelizada y evangelizadora, te pedimos...

 

v Señor, al pedirte por nuestra patria, para que todos los que la habitamos nos dispongamos a construir una verdadera patria de hermanos, fraterna, solidaria y laboriosa, desde los valores del Evangelio, te pedimos...

 

v Señor, al pedirte por todos nuestros hermanos sufrientes, por los más pobres, para que encuentren en nosotros verdaderas entrañas de misericordia y el gesto y la palabra oportuna para acudir en su ayuda, te pedimos...

 

v Señor, al pedirte por toda nuestra comunidad, para que nos preparemos en profundidad a recibir el Espíritu Santo que nos guiará y seamos siempre dóciles a sus mociones que nos llevarán a tu presencia, te pedimos...

 

CELEBRANTE:

 

Dios nuestro, Padre de todos los hombres, que por la resurrección de tu Hijo Jesucristo nos has dado una esperanza auténtica, derrama sin cesar sobre nosotros la fuerza del Espíritu Santo, para que seamos en el mundo testigos de tu amor. Te lo pedimos por Jesucristo, nuestro Señor.

 

PRESENTACIÓN DE LAS OFRENDAS:

 

Los primeros discípulos fueron verdaderos testigos y anunciadores de la Buena Noticia. Al presentar sobre el altar estas ofrendas, ofrezcamos al Padre nuestras vidas, para que Él las transforme de tal manera, que podamos ser también testigos y anunciadores de su Resurrección.

 

DIALOGO DEL PREFACIO:

 

Elevemos la alegría de nuestro corazón en un canto de acción de gracias a Dios, que no sólo nos dio a Jesús, sino que nos dejó su Espíritu para que él no guiara hacia el Reino.

 

COMUNIÓN:

 

"No los dejaré huérfanos, volveré a ustedes". Con el recuerdo de estas palabras del Señor, participemos ahora de su Cuerpo. Él ha dado la vida por nosotros; nos ha elegido como amigos suyos. Que esta alegría nos dure siempre y nos haga vivir como hombres renovados.

 

DESPEDIDA:

 

Al regresar a nuestros hogares, debemos hacerlo con el compromiso de ser testigos de la Buena Noticia, en todos los ambientes en que nos toca vivir y desarrollar nuestras actividades, defendiendo nuestra fe y dando razón de nuestra esperanza.