viernes, marzo 27, 2009

29 de marzo del 2009 - DOMINGO Vº DE CUARESMA


 

DOMINGO Vº DE CUARESMA

 

Estableceré una nueva Alianza

y no me acordaré más de su pecado

 

Lectura del libro de Jeremías

31, 31-34

 

Llegarán los días -oráculo del Señor- en que estableceré una nueva Alianza con la casa de Israel y la casa de Judá. No será como la Alianza que establecí con sus padres el día en que los tomé de la mano para hacerlos salir del país de Egipto, mi Alianza que ellos rompieron, aunque Yo era su dueño -oráculo del Señor-.

Ésta es la Alianza que estableceré con la casa de Israel, después de aquellos días -oráculo del Señor-: pondré mi Ley dentro de ellos, y la escribiré en sus corazones; Yo seré su Dios y ellos serán mi Pueblo.

Y ya no tendrán que enseñarse mutuamente, diciéndose el uno al otro: «Conozcan al Señor». Porque todos me conocerán, del más pequeño al más grande -oráculo del Señor-. Porque Yo habré perdonado su iniquidad y no me acordaré más de su pecado.

 

Palabra de Dios.

 

 

SALMO RESPONSORIAL                                                    50, 3-4. 12-15

 

R.    Crea en mí, Dios mío, un corazón puro.

 

¡Ten piedad de mí, Señor, por tu bondad,

por tu gran compasión, borra mis faltas!

¡Lávame totalmente de mi culpa

y purifícame de mi pecado!  R.

 

Crea en mí, Dios mío, un corazón puro,

y renueva la firmeza de mi espíritu. .

No me arrojes lejos de tu presencia

ni retires de mí tu santo espíritu.  R.

 

Devuélveme la alegría de tu salvación,

que tu espíritu generoso me sostenga:

yo enseñaré tu camino a los impíos

y los pecadores volverán a ti.  R.

 

 

 

Aprendió qué significaba obedecer

Y llegó a ser causa de salvación eterna.

 

Lectura de la carta a los Hebreos

5, 7-9

 

Hermanos:

Cristo dirigió durante su vida terrena súplicas y plegarias, con fuertes gritos y lágrimas, a Aquél que podía salvarlo de la muerte, y fue escuchado por su humilde sumisión. Y, aunque era Hijo de Dios, aprendió por medio de sus propios sufrimientos qué significa obedecer. De este modo, Él alcanzó la perfección y llegó a ser causa de salvación eterna para todos los que le obedecen.

 

Palabra de Dios.

 

 

 

EVANGELIO

 

Si el grano de trigo que cae en tierra muere, da mucho fruto

 

a     Evangelio de nuestro Señor Jesucristo

Según san Juan

 

12, 20-33

 

Había unos griegos que habían subido a Jerusalén para adorar a Dios durante la fiesta de la Pascua. Éstos se acercaron a Felipe, el de Betsaida de Galilea, y le dijeron: «Señor, queremos ver a Jesús». Felipe fue a decírselo a Andrés, y ambos se lo dijeron a Jesús. Él les respondió:

«Ha llegado la hora

en que el Hijo del hombre va a ser glorificado.

Les aseguro que

si el grano de trigo que caen en la tierra no muere,

queda solo;

pero si muere,

da mucho fruto.

El que tiene apego a su vida la perderá;

y el que no está apegado a su vida en este mundo,

la conservará para la Vida eterna.

El que quiera servirme

que me siga,

y donde Yo esté, estará también mi servidor.

El que quiera servirme, será honrado por mi Padre.

Mi alma está ahora turbada.

¿Y qué diré:

"Padre, líbrame de esta hora?"

¡Si para eso he llegado a esta hora!

¡Padre, glorifica tu Nombre!»

Entonces se oyó una voz del cielo: «Ya lo he glorificado y lo volveré a glorificar».

La multitud, que estaba presente y oyó estas palabras, pensaba que era un trueno. Otros decían: «Le ha hablado un ángel».

Jesús respondió:

«Esta voz no se oyó por mí, sino por ustedes.

Ahora ha llegado el juicio de este mundo,

ahora el Príncipe de este mundo será arrojado afuera:

y cuando Yo sea levantado en alto sobre la tierra,

atraeré a todos hacia mí».

 

Palabra del Señor.   

Reflexión

 

 

CON EL SEÑOR JESÚS HACIA SU VIERNES SANTO

1.- Nos acercamos paso a paso, hombro con hombro, con el Señor Jesús a su Viernes Santo. Si hubiéramos estado junto a Él muy posiblemente nos hubiéramos dormido en el Huerto mientras Él moría de tristeza. O habríamos huido tratando de ganar en velocidad a los apóstoles que le traicionaron en manos de los enemigos que venían a buscarlo.

Ninguno hubiéramos sido capaces de poner nuestro brazo sobre sus hombros cuando le hubiéramos oído decir esas palabras del Evangelio de hoy: "Padre, líbrame de esta hora…" Jesús necesitó compañía en su soledad y no la encontró en nosotros.

Jesús aceptó esa soledad en el sufrimiento, como había aceptado, como hombre el cansancio de los caminos, el hambre y la sed. Y como iba a aceptar la muerte, como parte de su condición humana.

El Señor sabía de ese largo miserere de dolores humanos, la incertidumbre de la enfermedad, la angustia de una familia sin futuro y sin pan, la soledad de los ancianos desamparados por los hijos, escuadrones de niños abandonados en las calles, pérdida de su ser querido entre el amasijo de hierros abrasados en accidente.

El Señor Jesús sabía que como hermano mayor no podía abandonarnos en la estacada del dolor, pero también sabía que, en las verdaderas tristezas de la vida, no valen razones, como Él mismo experimentó, y por eso prefirió ahogarse en nuestras lágrimas, para que supiéramos que si no había razones al menos le teníamos a Él como compañero de dolor.

Cuando nuestro hogar, arrasado por la tragedia de la muerte y el dolor, queda como piso abandonado y desalquilado, no nos olvidemos que cuando el huracán del Viernes Santo se llevó la vida del Hijo, el hogar de su Madre María quedó como frío guardamuebles sin sentido y sin calor.

2.- El Señor, nuestro hermano mayor, con gritos y lágrimas de que nos habla la Carta a los Hebreos, nos quiere decir que nos estamos solos en nuestras soledades, que su Pasión no ha acabado porque Él mismo sufre y llora con nosotros.

Es la historia de aquel que arrastraba su dolor por la arena de la playa y, en un grito de queja, se encara con el Señor y le espeta: "Tu decías que nunca me encontraría solo en el camino de la vida y ahora que te necesito miro atrás no veo más que mis propias pisadas: ¿dónde estás Tú? Y el Señor, con paciencia de padre, le contesta: "no, hijo, esas pisadas en la arena son las mías, porque desde comenzaste a sufrir te llevo en mis brazos".

Nunca estamos solos: "yo estaré con vosotros hasta el final de los siglos. La compañía en la soledad y el dolor que buscó y no encontró en nosotros, el Señor nos la promete y nos la da.

3.- La silenciosa compañía en la pena y el dolor es la mayor muestra de verdadera amistad, mucho más que la compañía entre copas de champán. Dios nos promete en Jeremías meter su ley en nuestro pecho, escribirla en nuestros corazones, quitarnos el corazón de piedra y darnos un corazón de carne.

Un corazón de carne que como el de Jesús sufra con nuestra propia carne, sepa llorar con el hermano, estar, simplemente, estar…Dejarse morir en el mismo surco donde muere de pena el corazón del hermano y ese grano de trigo perdido en el surco dará el consuelo de la cercanía, del calor humano, de la carne de Dios hecha compañía.

 

José María Maruri, SJ

www.betania.es

 

MORIR PARA DAR VIDA

1.- Lo hace todo por amor. Jesús era consciente de que su vida terrena en este mundo estaba a punto de acabar. Había venido a reconciliar a los hombres con Dios y a hacer vida las promesas de su Padre. Pero antes había de padecer, y por eso se siente profundamente abatido. Anticipando el sufrimiento de la oración del monte de los olivos, Jesús se pregunta si podría evitarse ese sufrimiento, pero no era posible, su hora había llegado y el nombre de su Padre sería glorificado a través de Él. Todo queda ratificado por la voz del Padre, que de nuevo se hace escuchar en gloriosa manifestación; Jesús hablaba de su muerte, sabía lo que Jerusalén le tenía preparado. Pero no se echa atrás, para esto había venido al mundo, para morir en la tierra como grano de trigo y dar fruto de vida eterna. Jesucristo dice: "Si el grano de trigo no muere, no dará fruto". El grano que quiera seguir como grano, que le tenga miedo a la humedad, que no esté dispuesto a desaparecer como grano, ¿cómo ha de dar fruto? Si el grano muere, nacerá una nueva planta. Es necesario dejar de ser grano para dar todo ese fruto. Y lo hace todo por amor, no porque Dios quiera la violencia.

2.- La Pascua constituye el cumplimiento de lo que vislumbra Jeremías de una "alianza nueva",alianza definitiva en la que el mediador de la misma es Jesús de Nazaret: Dios y hombre. No se trata de ser fiel a una alianza externa. Las palabras misteriosas de Cristo: "Sólo el que da su vida por los demás es el que se encuentra a sí mismo", se realizan en todos aquellos cristianos que dedican su vida al servicio de los más necesitados. Ahí tenemos el ejemplo de Vicente Ferrer y su inmensa obra a favor de los desheredados. El Cristo muerto ha resucitado y vive en todos los que creen y buscan, consciente o inconscientemente, a Dios. La primera tentación de los cristianos durante esta Cuaresma y Semana Santa puede ser la de escandalizarnos de que nuestro pueblo viva – incluyendo muchos de los cristianos – pendientes de unas vacaciones de sol, monte y playa, sin acordarse de los días que marcaron el nuevo rumbo, dado por su Salvador… Nosotros vimos en el mundo de la prisa: el tiempo pasa rápido y ha de vivirse minuto a minuto. Pero el hombre de hoy se siente profundamente vacío. Hay que pasar por esta vida breve, pero cansada y dura, en donde el amor se realiza en el sufrimiento; y sólo en el padecer con los demás, unidos a Cristo, podemos encontrarnos nosotros mismo y completar en nuestra vida lo que falta a la Pasión de Cristo en palabras de Pablo. Recordemos lo que decían de los primeros cristianos hace ya dos mil años: ¡Mirad cómo se aman!". Los pueblos paganos quedaban maravillados por el amor con que se trataban entre sí los cristianos y el amor conque trataban a todos los demás. El verdadero cristiano ha de ser como Jesucristo: Nadie tiene mayor amor que el que da su vida por sus amigos. ¿Acaso Jesucristo no hizo eso en la cruz por todos y cada uno de nosotros? Imitémosle.

3.- Jesucristo es el primero en darnos ejemplo, pues Él ha de ofrecer su vida, ha de perderla, ha de morir, para darnos la vida eterna, para perdonarnos los pecados, para darnos la salvación. "El que se aborrece a sí mismo". No le importó morir, ni sufrir tanto, ni ser despreciado, abofeteado, escupido, azotado, ridiculizado, golpeado, coronado de espinas, despreciado, crucificado y ajusticiado en la cruz, con tal de buscar nuestro bien. ¡Eso es amor! ¡Eso es amar al prójimo! ¡¡Eso es vivir la ley de Dios: amar a Dios y al prójimo! Por eso Jesucristo será capaz de decirnos: "Amaos como yo los he amado" ¡Hasta dar la vida por los demás! A las puertas de la Semana de Pasión y Gloria, nuestras miradas se centran en un Jesús que anuncia lo que le va a suceder; su muerte y resurrección se convierten en nosotros en el camino de vuelta hacia Dios

 

José María Martín, OSA

www.betania.es

 

AHORA EN EL CORAZÓN

Aquella Alianza escrita en la piedra, para muchos quedó en el olvido. Ahora, Dios, quiere grabar otra. ¿Dónde? En el corazón del hombre. En el hondón de las personas.

1.- Se acercan los días de la pasión, muerte y resurrección de Cristo. ¿Cuál es el resumen de nuestra vida? ¿Servimos o nos servimos? ¿Amamos o nos dejamos amar? ¿Salimos al encuentro o preferimos que sean los demás los que nos rescaten?

Es hora, en estas últimas jornadas cuaresmales, de solicitar al Señor que renueve nuestros corazones. Es un momento propicio para volver nuestros ojos a un lado y a otro y ver dónde nos tenemos que emplear más a fondo. La cruz del Señor merece, por nuestra parte, un último esfuerzo: hay que atraer al Señor el corazón de la humanidad. ¿Cómo? Sirviendo y, además, haciéndolo con ternura, con cariño, y con fidelidad. Entre otras cosas porque, en esa entrega y constancia reside nuestra propia renuncia para estar al lado del Señor.

Cuentan que, en cierta ocasión, un peregrino iba caminando hacia un santuario. Y que, por los diversos albergues por los que transitaba, siempre decía "YO soy peregrino" "YO voy en busca de Dios" "YO quiero salvarme" "YO quiero encontrarme". Hasta que, un buen día, otro peregrino que avanzaba junto a él le dijo: "recuerda que OTROS también caminamos contigo, somos peregrinos, buscamos a Dios y queremos salvarnos".

El Señor quiere que, dejando el YO que tanto nos invade y nos limita, mudemos a los OTROS. Es decir; que nos neguemos a nosotros mismos; que busquemos la felicidad no tanto en la propia satisfacción, cuanto en la utilización de todos nuestros dones y talentos al servicio del Evangelio y de los demás.

Desertar en algo, de nuestros caprichos, comodidades e individualismos, implica el volcarnos un poco más en aquellas direcciones que nos resultan incómodas. Hacia aquellas personas que necesitan nuestra ayuda, nuestra estima o, simplemente, nuestro cariño.

2.- Cristo, al morir, nos enseña el lado bueno de la cruz: la alianza nueva que Dios quiere y desea definitivamente para el hombre y que viene sellada por su sangre.

A nosotros no se nos pide tanto; no desea el Señor que seamos clavados en una cruz (aunque sería bueno que sacrificáramos aquello que nos impide llegarnos hasta El); no nos exige que seamos lapidados públicamente (aunque sería muy positivo que defendiésemos nuestras convicciones religiosas y morales allá donde estemos presentes); no pretende vernos coronados por espinas o traspasados por lanzas (aunque, qué bueno sería, que fuésemos conscientes de que la fe conlleva riesgos, incomprensiones, soledades).

El Evangelio de este domingo V de cuaresma nos acerca la verdadera figura de Jesucristo: no es un superman; no es un superhéroe. Siendo Hijo de Dios, le aguarda la cruz, el sufrimiento, la muerte. Como cualquier alma, también la suya, se siente agitada, preocupada, turbada por los próximos acontecimientos de la Pascua.

3.- Va tocando a su fin la vida pública de Jesús. Ahora le aguardan sus consecuencias. La fidelidad a Dios no siempre es entendida ni aplaudida por los poderosos del mundo. Pero, como siempre, nos quedará la seguridad y la esperanza de que, todo esto, es preciso para que Dios selle una Alianza Nueva que nada ni nadie podrá ya quebrar. ¿Somos conscientes de que también nosotros hemos de saber renunciar a algo para que la obra de Dios toque a su fin?

 

Javier Leoz

www.betania.es

Invitación al domingo de ramos



 
Hola, mediante este mail te invitamos a participar de
 
LA PROCESIÓN DE RAMOS
 
SABADO 4 DE ABRIL
 
Salimos de la Parroquia Ntra Sra del Socorro
a las 1430hs hacia plaza Once
 
Y desde allí caminaremos hasta la Basílica San José de Flores,
repartiendo estampas y ramos de olivos.
 
A las 19hs celebraremos la Misa junto al Cnal Bergoglio.
 
Te esperamos.

domingo, marzo 15, 2009

EAC 2009

Este año lamentablemente, por cuestiones laborales, llegue tarde, pero disfrute el taller nro 12. ¿Qué es el catecumenado?." La Iglesia que quiere ser madre y familia" Un camino de encuentro y comunidad para el hombre de hoy a cargo de Cristina Cavoti y Mariana Nuzzi

Finalmente celebramos la eucaristia, y se unieron al festejo unos mariachis tambien participo una Murga "los fabulosos de palermo"

comparto con ustedes las fotos del evento




Basilica Espirutu Santo- Parroquia Ntra Sra de Guadalupe


Imagen de la Virgen de Guadalupe con Juan Diego












Mariachis