sábado, agosto 18, 2007

guión para el DOMINGO 20º - 18-08-2007

Celebrando

la Vida

en el

Nuevo Milenio

Guiones para la celebración de la Cena del Señor

Ciclo "C"

Miguel Ángel Osimani

EDICIONES BETANIA

 

 

 

DOMINGO 20º

DURANTE EL AÑO

 

 

PREPARACIÓN: 

Antes de la salida del celebrante

 

Celebramos hoy el domingo vigésimo del tiempo durante el año, y esta Eucaristía debe ayudarnos a vivir siendo signos de contradicción, como el anciano Simeón le dijo a María que sería el mismo Cristo; debe ayudarnos a vivir en un clima de permanente violencia al pecado que quiere trabarnos en su seguimiento.

AMBIENTACIÓN: 

Luego del saludo inicial y antes del acto penitencial

 

El Señor hoy nos presenta a Jesús como enviado a poner fuego en la tierra; su misión no consiste en sembrar la división, pero de hecho la provoca, es por eso, signo de contradicción; ante Él no puede existir la indiferencia, sino su aceptación o rechazo. La fidelidad a Cristo nos exige una opción que frecuentemente supone desgarramiento y contradicción, nos exige el ser bautizados en la cruz. Él ha venido atraer el fuego del amor, para que el corazón de los hombres arda en el amor a Dios y a los demás.

1ª. LECTURA:  (Jr 38, 4-6. 8-10 )         (Ver texto)

 

Este texto, que es histórico y concreto, nos muestra la vida del Profeta como un martirio continuado, ya que su misión es vivir pronunciando los juicios de Dios y acatando sus órdenes.

SALMO RESP.:     (39, 2-4. 18)     (Ver texto)

                    R.   ¡Señor, ven pronto a socorrerme!               

2ª. LECTURA:     (Hb 12, 1-4)    (Ver texto)

 

Esta carta nos presenta el significado de la prueba y el sufrimiento cristianos, el sentido de la violencia que se nos impone en diversa medida.

EVANGELIO:    (Lc 12, 49-53)      (Ver texto)

 

Jesús se nos presenta como el que viene a instaurar el Reino, exigiendo una purificación que Él mismo se encargará de llevar a término.

 

ORACIÓN DE LOS FIELES:

 

CELEBRANTE:

 

Jesús nos ha enseñado el verdadero amor por Dios y los hermanos, siguiendo su ejemplo elevemos nuestra oración al Padre, pidiéndole que escuche nuestras peticiones.

 

GUÍA:  A cada una de las peticiones responderemos orando:

"SEÑOR, ENCIÉNDENOS CON EL FUEGO DE TU AMOR"

v Padre bueno, porque queremos que la Iglesia, bajo la guía del Santo Padre, sea siempre fiel en su misión de iluminar el mundo con la luz del Evangelio, te pedimos...

 

v Padre santo, para que nuestra Iglesia diocesana asuma el compromiso que tenemos de anunciar la verdad y denunciar el peligro que nos acecha, con los criterios dominantes del materialismo y la violencia, te pedimos...

 

v Padre todopoderoso, porque queremos una Patria en la que se terminen definitivamente los egoísmos personales y sectoriales, y en la que todos busquemos el bien común, preocupándonos fundamentalmente por los más pobres y necesitados, te pedimos...

 

v Padre misericordioso, para que nuestros hermanos peruanos, que están sufriendo a causa del terremoto, encuentren el consuelo y la fortaleza en tu amor, y en nosotros la ayuda material que les ayude a poder reconstruir sus hogares, saliendo de la miseria en que han quedado postrados, te pedimos...

 

v Padre nuestro, para que todos los miembros de esta comunidad, no s iendo ni tan prudentes ni tan cobardes a la hora de presentar tu mensaje, demos testimonio con nuestras vidas, de adhesión y fidelidad total al Evangelio, convirtiéndonos en elementos de unidad, de paz y de concordia, te pedimos...

 

CELEBRANTE:

 

Dios misericordioso, tu Hijo se ha manifestado al mundo como signo de contradicción, concédenos que también nosotros podamos, con nuestras vidas, ser portadores de su paz y amor en medio de la violencia que supone la firme adhesión a su persona. Por Jesucristo, nuestro Señor.

 

PRESENTACIÓN DE LAS OFRENDAS:

 

Ofrezcamos a Dios un compromiso cierto a ser en el mundo signos de contradicción, que seguimos a Cristo sin componendas con las exigencias del mundo.

DIÁLOGO DEL PREFACIO:

Al iniciarse el Prefacio (antes de "El Señor esté con vosotros")

Con fe y alegría hagamos ahora nuestra acción de gracias al Padre, por Cristo, que con el fuego de su amor, con su cruz y con su obediencia, nos ha purificado de nuestros pecados.

COMUNIÓN:

 

El participar del Cuerpo de Cristo, nos implica también participar de su vida, de su misión: traer al mundo el fuego de su infinito amor por toda la humanidad.

DESPEDIDA:

Al finalizar nuestra Eucaristía dominical, volvemos a nuestros hogares, a nuestros ambientes, con el compromiso de ser portadores del amor misericordioso del Señor, y de estar dispuestos a vivir constantemente el desgarramiento y contradicción que supone el seguimiento de Cristo..

 

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