sábado, mayo 31, 2008

guión de misa para el 1º de Junio de 2008

 

Celebrando

la Vida

en el

Nuevo Milenio

Guiones para la celebración de la Cena del Señor

Ciclo "A"

Miguel Ángel Osimani

EDICIONES BETANIA

 

 

 

DOMINGO 1º DE JUNIO

DOMINGO 9º DURANTE EL AÑO

 

PREPARACIÓN: 

Antes de la salida del celebrante

 

Nos encontramos nuevamente, como todos los domingos, reunidos en el nombre del Señor para celebrar la Eucaristía, que es una invitación al compromiso temporal de la fe. Concretamente celebramos hoy el domingo noveno durante el año.

 

AMBIENTACIÓN: 

Luego del saludo inicial y antes del acto penitencial

 

Hoy el Señor es bien claro: quien quiera ser verdaderamente cristiano debe seguir los caminos trazados por Dios, siendo fiel a Él y renunciando a los demás dioses. No bastan las súplicas ni los homenajes al Señor; la sola fe, la devoción e incluso la confianza en Él no basta: hay que cumplir la voluntad del Padre que está en los Cielos; quien así lo hace es el que realmente edifica su casa sobre roca.

 

1ª. LECTURA:  (Dt 11, 18. 26-28. 32   (Ver texto)

 

Moisés dice a Israel que el pueblo amado por Dios tiene que hacer continuamente una opción y según la dirección de su elección, será bendecido o maldecido por Dios.

 

SALMO RESP.:      (30, 2-4. 17. 25)    (Ver texto)

 

                    R.   Señor, sé para mí una roca protectora.

 

2ª. LECTURA:     (Rm 3, 20-25a. 28)     (Ver texto)

 

San Pablo nos manifiesta que lo que salva es la fe en Cristo, pero una fe que supone y consiste en una respuesta a Él, una adhesión a su persona y a su Evangelio.

 

EVANGELIO:    (Mt 7, 21-27)    (Ver texto)

 

Hoy Jesús nos dice que el hombre sólido que entrará en el Reino construido en Dios, es aquel que ha cumplido la voluntad del Padre.

 

ORACIÓN DE LOS FIELES:

 

CELEBRANTE:

 

Dios es nuestro Padre y quiere que nos dirijamos a Él con verdadera confianza de hijos, por eso ahora, presentémosle nuestras súplicas por las necesidades de la Iglesia, del mundo y de todos nuestros hermanos.

 

GUÍA:  A cada una de las peticiones responderemos orando:

 

"PADRE, QUE CUMPLAMOS TU VOLUNTAD"

 

v Padre, porque queremos que todos los hombres del mundo escuchen a tu Hijo en la voz de su Iglesia y en la de su Vicario en la tierra, hoy Benedicto XVI, te pedimos...

 

v Padre, porque necesitamos construir una Iglesia diocesana que, guiada por su Obispo, verdaderamente anuncie con su fe y con sus obras, el Evangelio de tu Hijo, te pedimos...

 

v Padre, porque queremos que en nuestra patria se terminen las estructuras radicalmente injustas y reine una verdadera justicia cristiana para todos sus habitantes, en especial los más pobres, te pedimos...

 

v Padre, porque tantos necesitados y sufrientes del mundo, puedan ver renacer en ellos la esperanza, por la manifestación de tu amor en nuestras actitudes concretas hacia ellos, te pedimos...

 

v Padre, para que todos los que formamos esta comunidad, edifiquemos nuestras vidas sobre roca al actuar, en toda ella, según tu voluntad, te pedimos...

 

CELEBRANTE:

 

Dios y Padre nuestro, ponemos en tus manos estas súplicas y te pedimos que nos concedas todo aquello que Tú conoces que necesitamos para poder alcanzar la vida eterna. Te lo pedimos por Jesucristo, nuestro Señor.

 

PRESENTACIÓN DE LAS OFRENDAS:

 

Junto al pan y el vino, es necesario que presentemos a nuestro Padre del Cielo, un corazón dispuesto a cumplir su voluntad en todos los momentos de nuestra vida.

 

DIÁLOGO DEL PREFACIO:

Al iniciarse el Prefacio (antes de "El Señor esté con vosotros")

 

Unamos ahora nuestros corazones y nuestras voces para elevar nuestro canto de acción de gracias al Padre, porque en Cristo nos ha dejado el camino perfecto para ir a su Reino.

 

COMUNIÓN:

 

Entrar en comunión con Cristo nos significa también entrar en comunión con sus sentimientos, con su vida, con sus enseñanzas y con todos nuestros hermanos, con sus vidas y sus necesidades, de pan, de trabajo, de cultura y de Dios.

 

DESPEDIDA:

 

Al regresar a nuestros hogares lo hacemos con el compromiso de vivir de tal manera el cumplimiento de la voluntad de Dios, que nuestras actitudes concretas de vida, sean una proclamación del mensaje de salvación

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