martes, abril 18, 2006

SABADO SANTO - Evangelio según San Marcos 16, 1-7

Pasado el sábado, María Magdalena, María la de Santiago y Salomé compraron aromas para ir a embalsamarle.
Y muy de madrugada, el primer día de la semana, a la salida del sol, van al sepulcro.
Se decían unas otras: «¿Quién nos retirará la piedra de la puerta del sepulcro?»
Y levantando los ojos ven que la piedra estaba ya retirada; y eso que era muy grande.
Y entrando en el sepulcro vieron a un joven sentado en el lado derecho, vestido con una túnica blanca, y se asustaron.
Pero él les dice: «No os asustéis. Buscáis a Jesús de Nazaret, el Crucificado; ha resucitado, no está aquí. Ved el lugar donde le pusieron.
Pero id a decir a sus discípulos y a Pedro que irá delante de vosotros a Galilea; allí le veréis, como os dijo.»
Palabra de Dios


REFLEXIONES SOBRE LA VIGILIA PASCUAL (enviado por ACMX)
Fuente: http://www.mercaba.org/
PAS/ESCATOLOGIA J/CREACION-NUEVA
-La liturgia de la Vigilia Pascual nos ofrece una visión global del paso y del recorrido desde la Creación a la Nueva Creación. Se nos presentan unas perspectivas de la Historia de la Salvación desde la creación del mundo hasta la plenitud. Con la Encarnación y Resurrección de JC todo el mundo sufre una revolución y a la vez se le capacita a tomar parte de la plenitud y soberanía de JC resucitado con una nueva y mejor forma de existencia.
Cristo es el primer fruto de la nueva creación. Su vida, que culmina con su resurrección y glorificación por el Padre, es como anticipación que deja entrever lo que todavía queda por hacer, y lo que aún falta a la creación y a la humanidad en todas las dimensiones de la existencia.
-Con la resurrección de Jesús empieza el futuro escatológico, es decir, la plenitud y perfección de paz, de bien, de amor, de vida, de justicia, que serán el Reino de Dios ya realizado; que ya ahora vivimos como inicio y en crecimiento, y que entonces llegará al término definitivo y perfecto.
Este término definitivo y perfecto no se realizará hasta que llegue "el día del Señor". Mientras, vivimos en la realidad de lo que somos y poseemos, con la esperanza de lo que tendremos y seremos. Para llegar, como Cristo para llegar a la resurrección, se necesita una vida y una lucha. Recordando a san Pablo, se necesita fe, que después desaparecerá; se necesita esperanza, que se convertirá en innecesaria; se necesita amor, que entonces llegará a su plenitud.
JOAQUÍN MONASTERIOMISA DOMINICAL 1976, 8

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