viernes, febrero 09, 2007

Guión de Misa para el domingo 11 de Febrero

Celebrando

la Vida

en el

Nuevo Milenio

Guiones para la celebración de la Cena del Señor

Ciclo "C"

Miguel Ángel Osimani

EDICIONES BETANIA

 

 

 

DOMINGO 6º

DURANTE EL AÑO

 

 

PREPARACIÓN: 

Antes de la salida del celebrante

 

Una vez más, en el Día del Señor, nos encontramos reunidos en su nombre, en este domingo sexto del tiempo durante el año. Y conscientes de nuestra necesidad de salvación, queremos entrar en una íntima comunión con Jesús, con su anuncio de plenitud para el futuro que debemos ya aquí y ahora, comenzar a realizarlo.

AMBIENTACIÓN: 

Luego del saludo inicial y antes del acto penitencial

 

Hoy el Señor nos va a indicar una nueva forma de vivir, según sus criterios, que se contraponen con nuestros valores y con nuestros criterios puramente humanos. Él proclama felices a quienes consideramos como desdichados; Él nos llama a vivir la verdadera riqueza, la única: la espiritual y nos dice que sólo Él puede saciar el verdadero hambre: el hambre de Dios.

1ª. LECTURA:  ( Jr 17, 5-8)         (Ver texto)

 

Ya en el Antiguo Testamento, el Profeta elogia al que, por sobre todo lo material, confía plenamente en el Señor y sigue sus caminos.

 

SALMO RESP.:     (1, 1-4. 6)     (Ver texto)

                    R.   ¡Feliz el que pone en el Señor su confianza!               

2ª. LECTURA:    (1 Co 15, 12. 16-20 )     (Ver texto)

 

Pablo nos hace ver claramente que lo más importantes es la fe que tenemos en Cristo como único centro de nuestras vidas y como salvación eterna.

EVANGELIO:    (Lc 6, 12-13. 17. 20-26)      (Ver texto)

 

Jesús mismo nos proclama en el Evangelio, que los criterios del mundo - por los cuales todos nos regimos - no son los suyos, y nos establece una nueva forma de vivir.

 

ORACIÓN DE LOS FIELES:

 

CELEBRANTE:

 

Hermanos, con plena confianza en el poder salvador de Dios y sintiéndonos realmente pobres, pongamos en su presencia nuestras necesidades, ya que sólo Él puede saciarlas.

 

GUÍA:  A cada una de las peticiones responderemos orando:

"PADRE, DÁNOS UN CORAZON HUMILDE"

v Porque queremos que el llamado de Cristo, por medio de su Iglesia, a ser sus discípulos en medio de un mundo secularizado y pagano, sea escuchado por todos los hombres, te pedimos...

 

v Para que por la guía segura del Santo Padre y nuestros Obispos, sin importarnos las críticas y los rechazos de este mundo, tengamos la fortaleza de vivir y anunciar la verdadera felicidad: el trabajar por el Reino de Dios, te pedimos...

 

v Para que todos los que habitamos este nación descubramos que la verdadera felicidad no está en los bienes materiales, en vivir para satisfacer la propia ambición, sino en los que nos ofrece Cristo en su Evangelio, te pedimos...

 

v Para que todos los que sufren, los que lloran, los que nada tienen, descubriendo que Dios quiere el desarrollo de todos sus hijos y la realización de la personalidad de cada hombre, encuentren en nuestras actitudes concretas tu providencia que no los abandona, te pedimos...

 

v Para que todos los cristianos viviendo con una profunda actitud de pobreza, a fin poder recibir el don de Dios desde la condición de necesitados, trabajemos eficazmente en denunciar las situaciones de injusticia que aplastan al hombre y en construir, ya aquí y ahora, el Reino de Dios, te pedimos...

CELEBRANTE:

 

Dios misericordioso, que has llamado bienaventurados a los pobres, a los que tienen hambre, concédenos lo que con fe te hemos pedido y dános un corazón misericordioso y unas manos siempre dispuestas a dar como tú lo haces con nosotros. Te lo pedimos por Jesucristo, nuestro Señor.

 

PRESENTACIÓN DE LAS OFRENDAS:

 

Pongamos ahora, sobre la mesa que se prepara para el sacrificio, los dones de nuestra propias vidas, dispuestas a ser vividas con los nuevos criterios que nos dió Jesús en el Evangelio.

DIÁLOGO DEL PREFACIO:

Al iniciarse el Prefacio (antes de "El Señor esté con vosotros")

Demos ahora gracias a nuestro Padre del Cielo, por el don de su Hijo, que no sólo que se entregó por nuestra salvación, sino que nos dejó en forma concreta, cómo hacer para alcanzarla de verdad.

COMUNIÓN:

 

El Señor nos ha mostrado el camino y nos ha dicho que si lo seguimos, grande será nuestra recompensa en el cielo; y sabiendo que el camino no es fácil, se ha quedado junto a nosotros para acompañarnos desde esta Eucaristía: la fortaleza en nuestro peregrinar hacia la Casa del Padre.

DESPEDIDA:

El anuncio que proclama Jesucristo es un anuncio que debemos tomarlo seriamente: Él invierte el orden de los valores de este mundo y sus palabras son claras, el que quiera seguirle tiene que estar dispuesto a vivir de otra manera y debemos comenzar, ya ahora, por nuestras propias vidas. Ese debe ser nuestro compromiso, fruto de esta celebración.

 

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