MONICIÓN DE ENTRADA:
Cada uno de nosotros ha sido llamado por Jesús, por Dios. Por eso somos cristianos, por eso queremos vivir su mismo amor, por eso deseamos dar testimonio de nuestra esperanza, por eso nos reunimos todos los domingos en torno a la mesa de la Palabra y de la Eucaristía. El domingo es el día del Señor. Los cristianos celebramos el día en que Jesús resucitó. Por eso es siempre una fiesta para nosotros. Juntos formamos un solo cuerpo, en el que Cristo es la cabeza. La eucaristía es el gran sacramento de la comunidad cristiana y de la unidad.
MONICIÓN A LA PRIMERA LECTURA : (Is 6,1-2a.3-8)
Escucharemos ahora una escena solemne, un relato que nos quiere transmitir una experiencia fundamental en la vida del profeta Isaías. Isaías se sintió tocado, profundamente transformado, por Dios. Y aceptó la tarea que Dios le encomendaba.
MONICIÓN A LA SEGUNDA LECTURA ( 1 Cor 15,1-11 )
La segunda lectura es también un testimonio importante para nosotros. San Pablo nos recuerda lo más fundamental de nuestra fe. Es la enseñanza que él recibió al convertirse, es la enseñanza que también nosotros hemos recibido.
MONICIÓN AL EVANGELIO ( Lc 5,1-11):
Junto al mar de la Galilea, Pedro descubre su pequeñez ante la grandeza de Jesús. Pero Jesús le envía a cumplir la misión de ser pescador de hombres.
PETICIONES:
1. Para que la llamada de Dios alcance a todos los hombres y mujeres en el mundo entero.
ROGUEMOS AL SEÑOR.
2. Para que la Iglesia dé siempre testimonio de apertura, de espíritu dialogante, de servicio a los pobres. ROGUEMOS AL SEÑOR.
3. Para que aumenten entre nosotros las vocaciones sacerdotales y religiosas. ROGUEMOS AL SEÑOR.
4. Para que los países ricos renuncien a su egoísmo y promuevan una distribución justa de los bienes de la tierra.
ROGUEMOS AL SEÑOR.
5 . Para que todos los que sufren la tragedia del hambre puedan experimentar nuestra ayuda solidaria . ROGUEMOS AL SEÑOR.
6. Para que los que participamos en la Eucaristía nos sintamos siempre llamados a la conversión .
ROGUEMOS AL SEÑOR.
OFRENDAS:
Señor, con el pan y el vino queremos ofrecerte nuestra vida y decirte: a quienes somos cobardes, danos tu valentía y tu vivencia sobre tu Padre .
SEÑOR, HAZNOS OFRENDAS DE AMOR Y DE CONVERSIÓN. PADRE NUESTRO:
Que Jesús nos preste sus sentimientos y sus palabras para rezar al Padre, un padre cercano y amante de la justicia y de la paz.
PAZ:
Preparemos el camino del Señor, sirviendo como instrumentos de la paz para los demás. Y ahora, como señal de que no tenemos rencor hacia nadie, sino que perdonamos a todos, vamos a pedir al Señor: Hazme, tú, Señor, instrumentos de tu paz.
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