El pueblo
El pequeño pueblo de Itatí se encuentra ubicado a 73 km de Corrientes, Capital provincial, sobre la RN 12, a orillas del Paraná. Su nombre proviene del guaraní, "ita" roca y "tí " punta (punta de piedra). Otra acepción es “ita moroti” (piedra blanca), por los yacimientos de cal que estaban junto al arroyo Caleria.
La imagen
Orígenes de la devoción.
Se cree que la imagen de la Virgen de Itatí fue traída de la reducción de Ciudad Real, provincia de Guayrá. Los franciscanos emigraron hacia el sur debido a los constantes ataques de los indígenas, llevando consigo la imagen de la Virgen y así llegaron a la región de Yaguarí, donde estaba la Reducción de otro franciscano, fray Luis Gámez. En ese lugar levantaron un oratorio y colocaron a la Virgen, pero un ataque de aborígenes hostiles destruyó el lugar, y la imagen de la Virgen Inmaculada desapareció de allí.
Según la tradición la imagen habría sido encontrada en el curso del alto Paraná, no lejos del puerto de Santa Ana, por un grupo de indios. Estos vieron a la Virgen Inmaculada sobre una piedra (Itatí en guaraní significa "punta de piedra") rodeada de una luz muy brillante y acompañada de una música sobrenatural. Fray Luis Gámez ordenó el inmediato traslado de la figura a la reducción, pero la imagen volvió a desaparecer en dos ocasiones, retornando a su lugar cerca del río.
Los religiosos comprendieron cuál era la voluntad de la Santa Madre, y se dispuso el traslado del asentamiento a esos parajes. En 1615 (1580 según otras versiones) el puerto de Santa Ana quedo abandonado, y fray Luis de Bolaños funda la nueva reducción a la que da el nombre de "Pueblo de Indios de la Pura y Limpia Concepción de Nuestra Señora de Itatí". Con el tiempo, el lugar comenzó a conocerse simplemente como Itatí, y fray Luis de Gamarra, párroco del lugar, fue el primero en dar a conocer los milagros de la Virgen.
En la Semana Santa de 1624 tiene lugar la primera transfiguración de la Virgen, que duró varios días. Gamarra relata en un documento de la época: "... se produjo un extraordinario cambio en su rostro, y estaba tan linda y hermosa que jamás tal la había visto". Las transfiguraciones se repitieron a lo largo de los años, y en ocasiones también se oyó esa música sobrenatural de la que habían hablado los indígenas que encontraron la imagen.
Los milagros y las curaciones son incontables, pero quizás el más increíble y espectacular haya ocurrido en 1748. En ese año hubo un gran malón que buscaba destruir y saquear el poblado, pero cuando los indios llegaron a las puertas de Itatí, se abrió ante ellos una ancha y profunda zanja que les impedía el paso. Ante este hecho se retiraron despavoridos, y los habitantes del lugar acudieron entonces a la capilla agradecer a su Patrona.
Coronación pontificia
El 16 de julio de 1900, la imagen de la Virgen de Itatí fue solemnemente coronada por voluntad el Papa León XIII. Fue entronizada con el nombre de Reina del Paraná y reina del Amor. El 3 de febrero de 1910, el Papa Pío X creó la Diócesis de Corrientes, y el 23 de Abril de 1918, la Virgen de Itatí, fue proclamada Patrona y Protectora de la misma. Su fiesta se celebra el 9 de Julio.
El Templo Basílica de Itatí
La Basílica es una obra monumental con capacidad para 9000 personas
Posee tres naves con una cúpula central de 26 m de diámetro y 80 m de altura, incluyendo la imagen exterior de la Virgen, de 7,50 m de altura, realizada en cobre y que corona la cúpula.
Su piedra fundamental fue colocada en 1938 y fue inaugurada el 16 de julio de 1950, para el cincuentenario de la Coronación de la Virgen. En el primer piso está el Camarín de la Virgen.
Junto a la Basílica se encuentra la pequeña Iglesia del siglo XIX donde se veneró a la Virgencita de Itatí desde 1853 hasta la construcción de la Basílica. Ha sido declarada patrimonio histórico cultural, siendo uno de los pocos ejemplos de la arquitectura neoclásica del período de la Confederación Argentina.
Un Santo en Itati
San Luis Orione visitó Itatí en junio de 1937. Así lo relata en una carta del día 27de junio de 1937:
“Estoy en Itatí, bajo la mirada de María Santísima, venerada, en este extremo de la Argentina, en una de las imágenes suyas más milagrosas. La trajo aquí un santo franciscano, el P. Bolaños, que vino a evangelizar a los indios; el nombre del santo Misionero está aún en gran veneración, especialmente en los alrededores de Corrientes; el está sepultado en Buenos Aires, y yo he ido a arrodillarme en su tumba, en la Iglesia de San Francisco…”
“...Llegué a Itatí después de tres horas de auto: ha sido una carrera velocísima, toda a los saltos, por las calles con fosas y montículos, tanto que para no ser destrozado con mi dolor de riñones, todo el tiempo tuve que mantener rectos, firmes y rígidos los brazos sobre el asiento, para poder salvarme, en una maniobra continua de altos y bajos: me parecía ir sobre las montañas rusas. Finalmente apareció el Santuario de Itatí, y ¡fue un gran alivio! El cansancio y el dolor en los riñones se fueron, todo desapareció…”
“… Cuando entré, la antigua iglesia estaba llena de pueblo devoto; me arrodillé en el fondo, en el rincón del publicano y sentí toda la felicidad de encontrarme en la Casa de la Virgen. A los pies de la SS. Virgen de Itatí pude celebrar dos Misas, y pasé horas felices, y raramente sentí tanta alegría como entre estos cohermanos nuestros. Rogué por ustedes y por todos…”
El resto de la carta es un verdadero tratado de mariología, donde se revela todo el amor de Don Orione por la Santísima Virgen. Una de las cartas más bellas de la etapa de madurez del Santo.
http://www.donorione.org.ar/Maria/itati/
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