sábado, julio 01, 2006

Domingo 2 de Julio - Evangelio según san Marcos 5, 21-43

Aleluya
cf. 2Tm 1, 10
Nuestro Salvador Jesucristo destruyó la muerte y saco a la luz la vida, por medio del Evangelio.

EVANGELIO
Contigo hablo, niña, levántate
Lectura del santo evangelio según san Marcos 5, 21-43

En aquel tiempo, Jesús atravesó de nuevo en barca a la otra orilla, se le reunió mucha gente a su alrededor, y se quedó o al lago. Se acerco un jefe de la sinagoga, que se llamaba o, y, al verlo, se echo a sus pies, rogándole con insistencia: _ «Mi niña está en las Ultimas; ven, pon las manos sobre para que se cure y viva.» Jesús se fue con el, acompañado de mucha gente que lo apretujaba.
Había una mujer que padecía flujos de sangre desde hacía e años. Muchos médicos la habían sometido a toda clase de amientos, y se había gastado en eso toda su fortuna; pero, vez de mejorar, se había puesto peor. Oyó hablar de Jesús y, acercándose por detrás, entre la gente, le toco el manto, pensando que con sólo tocarle el vestido curaría. Inmediatamente se secó la fuente de sus hemorragias, y que su cuerpo estaba curado. Jesús, notando que había salido fuerza de el, se volvió en seguida, en medio de la gente, preguntando: «¿Quién me ha tocado el manto?» Los discípulos le contestaron: «Ves como te apretuja la gente y preguntas: "¿Quién me tocado?"»
El seguía mirando alrededor, para ver quien había sido. La se acerco asustada y temblorosa, al comprender lo que pasado, se le echó a los pies y le confesó todo. El le dijo: «Hija, tu fe te ha curado. Vete en paz y con salud.»
Todavía estaba hablando, cuando llegaron de casa del jefe sinagoga para decirle: «Tu hija se ha muerto. ¿Para qué molestar mas al maestro Jesús alcanzó a oír lo que hablaban y le dijo al jefe de la sinagoga: «No temas; basta que tengas fe.» No permitió que lo acompañara nadie, mas que Pedro, o y Juan, el hermano de Santiago. Llegaron a casa del jefe de la sinagoga y encontró el alboroto de los que lloraban y se lamentaban a gritos. Entro y les dijo: «¿Que estrépito y que lloros son éstos? La niña no esta a, esta dormida.»
Se reían de él. Pero él los echo fuera a todos y, con el padre y la madre de la niña y sus acompañantes, entró donde estaba la niña, la cogió de la mano y le dijo: «Talitha qumi» (que significa: «Contigo hablo, niña, levántate»). La niña se puso en pie inmediatamente y echó a andar; tenía como doce años. Y se quedaron viendo visiones. Les insistió en que nadie se enterase; y les dijo que dieran de comer a la niña.

Palabra de Dios.
REFLEXIÓN
POMPAS FÚNEBRES
1.- Hoy, lo podemos ver en lista de teléfonos: los nombres de las funerarias ya son “corrientes”. Por ejemplo, Pedro García… Pero antes, cuando Madrid era simpático e irónico, los nombres eran más sugerentes, Pompas Fúnebres, La Siempreviva, La Esperanza, El Ocaso.
Una religión puede llegar a convertirse en una empresa de Pompas Fúnebres, como prácticamente es el budismo en Japón.
2.- Dios es vida:--“En el Verbo estaba la vida”--“He venido a que tengan vida y vida abundante”--“Yo soy el camino, la verdad y la vida”--“Yo soy la resurrección y la vida”El evangelio de hoy nos presenta a Jesús en lucha vencedora con la enfermedad, comienzo de la muerte, y con la muerte misma. Dios no ha hecho la muerte, lucha contra ella. La muerte nunca debió ser Término, sino Camino y Paso a la vida.
3.- ¿Nos hemos cuestionado alguna vez si nuestra religión no es un poco de Pompas Fúnebres?
--¿tenemos vitalidad espiritual? ¿Nos movemos espiritualmente o nos arrastran como el agua arrastra a las piedras del fondo y es verdad que se mueven, pero están muertas y sólo son al fin piedras de arroyo?
--vivir es algo positivo, enérgico, dinámico, creador.
--si nuestros criterios religiosos se resumen en aquello: “en mis tiempos nadie nunca nada”, o “yo de eso nunca nada”.
--o si nuestra vida esta rodeada en cuadrado por gruesas líneas del “no hacer esto porque es pecado”, “no atreverse porque es peligroso”, “no intentar aquello porque nunca se ha hecho”, “no extremarse en nada porque todo extremo es malo”
Un hombre –o una mujer—metido en la cuadrícula de tantos Noes –en el centro de esa cuadrícula de líneas negras de Noes—está la esquela de defunción de un cristiano. En la asfixia de los Noes muere toda la vida.
4.- Vivir es correr el riesgo de darse sin medida. Dios dio el ser a todo. Y se dio sin medida en su Hijo, en la Eucaristía.
Demos lo que tenemos, nuestro tiempo, nuestros conocimientos, nuestro dinero, nuestros oídos.
Démonos a nosotros mismos, dando amor, atención, cariño, servicio a los demás.
5.- Nos van a juzgar por dar o no dar, por darnos o no darnos. Nunca nos juzgarán por si hicimos bien de plañideras.
Todos tenemos la experiencia del efecto negativo que hace una plañidera que todo lo ve negro. Y en cambio, salimos con nuevas fuerzas, junto a un ser alegre y optimista.

José Maria Maruri, SJ
www.betania.es

LOS TEXTOS MÁS RADICALES DEL CRISTIANISMO
1. La segunda de las lecturas bíblicas del presente domingo contiene uno de los textos más radicales del cristianismo. Por desgracia, uno de los textos menos citados y menos llevados a la práctica.
San pablo propone a los creyentes una norma de vida en lo que se refiere a la propiedad de los bienes materiales: La máxima igualdad en la posesión y disfrute de todos los bienes. Una comunidad de hombres en la que no existan irritantes desigualdades y en la que todos traten de que los bienes lleguen a la totalidad del grupo es, en el pensamiento cristiano, la sociedad a la que los creyentes han de tender con sus mejores empeños.
¿Cómo hemos de amar la vida? Escuchemos a san Pablo: “No se trata de que otros tengan abundancia y vosotros sufráis escasez Buscad la igualdad, al presente vosotros daréis de vuestra abundancia lo que a ellos les falta, y algún día ellos tendrán en abundancia para que no os falte a vosotros”.
Lejos de nosotros aquella idea de “caridad” que las reduce a ser sólo limosna.
La caridad de Dios la encontramos en la vida de Cristo: “Por vosotros se hizo pobre, siendo rico, para haceros ricos con vuestra pobreza”.
Jesús con su pobreza nos ha dado la fuerza para cambiar las actitudes de las personas, para ver las cosas con los ojos de Dios y encontrar la paz que se fundamenta en la justicia y la igualdad.
Mirar al necesitado como a un hermano. La fe es un impulso de vida porque nos lleva a compartir los dones que Dios ha puesto a nuestro alcance. Cuando se habla de “generosidad” en la Sagrada Escritura, no ha de entenderse por esta palabra el simple y pasajero desprendimiento de determinadas riquezas para aliviar un tanto la extrema pobreza de otros hombres. Esta “generosidad”, entendida así, como donación de lo que uno puede dar a otros sin alteración alguna de sus títulos de propiedad y de su condición de superior escalafón económico-social, es una adulteración del criterio bíblico. La “generosidad” proclamada por el Nuevo Testamento no se limita a esta caridad esporádica; mira a la creación de una sociedad de igualitarismo económico. “Nivelación” es el término utilizado por san Pablo en su comunicación a los cristianos de Corinto.
2. Este criterio resulta muy exigente, sin duda; si se comprende, por ello mismo, que la comunidad cristiana haya tenido cuidado de no volver su atención sobre tales tamañas exigencias. Pero, ¿cabe una fidelidad al evangelio sin llegar a la fiel aceptación de un espíritu de igualdad en la posesión y disfrute de los bienes materiales y sin un decidido empeño de cambiar las estructuras de la sociedad para que ese espíritu de “nivelación” y “generosidad” no se quede en mera aspiración?
Gustara más o menos a nuestros intereses esta proposición del Nuevo Testamento; pero, en la medida en que la marginación de nuestros propósitos y realizaciones, tendremos que reconocer nuestra adulteración de la fe en Jesús. Bien está la fe, la amistad, la caridad, dice san Pablo a los corintios. Pero añade: “Distinguíos también por vuestra generosidad”
3. El gran escándalo de los tiempos modernos estriba en que los cristianos no aparecen como los adelantados de esta sociedad igualitaria. Otros “credos” han venido a ocupar en las opciones de muchos este compromiso, y, por desgracia, ante la insensibilidad de muchos creyentes., los patrocinadores de esos nuevos “credos” de mayor garra social han entendido que la fe cristiana tenia que ser marginada y aun erradicada como inútil y hasta como estorbo. En la actual coyuntura de nuestra sociedad cabe preguntar si las opciones las opciones políticas que dicen inspirarse en el cristianismo ofrecen o no un programa eficaz de creación de una sociedad más igualitaria.
4. No cabe argumentar con la vieja filosofía de que los hombres somos distintos y que, en consecuencia de ello, distinto ha de ser el volumen de posesión y de acceso a los bienes materiales. Para el cristiano, la norma puede inspirarse en diste discurso. Ha de atenerse a la “nivelación” que propone san Pablo. Porque el mal, la enfermedad, la muerte en el mundo no es fruto de Dios, como lo subraya hoy el libro de la Sabiduría, sino del pecado de los hombres.
¡Cuán aleccionadora es la palabra de hoy!: "Dios no hizo la muerte ni goza destruyendo a los vivientes”. "Todo lo creó para que subsistiera”. "Dios creó al hombre para la inmortalidad”. Nos pueden sorprender estas palabras, pero debemos encontrar su sentido verdadero.
Demasiadas veces oímos decir que hemos nacido para morir. Y no es verdad. Hemos nacido para vivir en plenitud. Dios ha hecho al hombre y la mujer para que vivan de verdad. Para que superen, incluso el mal trago de la muerte, como un episodio pasajero.
Hemos sido creados para vivir. Por eso nos fastidia tanto esta vida nuestra. Porque tiene tantas limitaciones que parece más una muerte que una vida.
Vivimos muriendo. Vivir es conocer, y amar, y relacionarnos, y crear cosas nuevas. Pero ahora y aquí, se puede decir muy bien que sólo hacemos un ensayo de todo ello. Un ensayo de conocer: ¡Cuántas cosas permanecen en la oscuridad y en la ignorancia! Un ensayo de amar: ¡Cuántos amores limitados, rotos, por los egoísmos, por la pereza, por los intereses! Un ensayo de relacionarnos: ¡Cuántos proyectos mueren o enferman por nuestras mezquindades!
A pesar de todo, tenemos sed de vivir plenamente. Dios ama la vida, ¡quieres que vivamos de verdad, tanto como podamos aquí en la tierra y del todo, plenamente, en su corazón, en la eternidad! Para eso hemos sido creados.
La muerte, en cuanto representación de las divisiones que interfieren en la vida humana, no responde al proyecto primero de Dios: Es creación de nuestra injusticia. Las divisiones para una conciencia cristiana han de ser aguijón a un mayor esfuerzo para poner a todos en pie de igualdad. Es lo que hermosamente sugiere el Evangelio de hoy al despertar de la muerte a la hija de Jairo.
5. Ahora, Jesús, en la Eucaristía, comparte con nosotros su vida. Es atrevido el símbolo de la comunión. Nunca nos habríamos sentido capaces nosotros de inventar uno tan atrevido como este. Vivámoslo con alegría y generosidad.

Antonio Díaz Tortajada
www.betania.es
Fuente: celebrando la vida, para más información ver la sección "páginas de los miembros"

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