jueves, diciembre 07, 2006

guión de Misa para la inmaculada concepción

Celebrando la Vida

en el

Nuevo Milenio

Guiones para la celebración de la Cena del Señor

Ciclo "C"

Miguel Ángel Osimani

EDICIONES BETANIA

8 DE DICIEMBRE

SOLEMNIDAD DE LA INMACULADA CONCEPCIÓN

DE LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA

PREPARACIÓN:

Antes de la salida del celebrante

Celebramos hoy, junto a la Iglesia universal, la solemnidad de la Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen María.

"Esta significativa fiesta mariana se sitúa en el marco del Adviento, tiempo de preparación para la Navidad, caracterizado por la vigilancia y la oración. Tiempo en el que María nos acompaña y nos indica cómo hacer vivo y activo nuestro camino hacia la Noche Santa de Belén."

AMBIENTACIÓN:

Luego del saludo inicial y antes del acto penitencial

El Señor hoy nos anuncia, en las palabras del Angel, la salvación que ya está cerca: su Hijo se hace hombre para que el hombre sea hijo de Dios. Y esta salvación se hace posible por la generosa respuesta de María, que debe ser nuestro modelo de espera del Señor que viene a salvarnos: "porque lo engendró primero en su corazón, pudo engendrarlo en la carne."

1ª. LECTURA: (Gn 3, 9-15. 20) (Ver texto)

Ya en los albores de la creación, Dios anuncia la salvación. Es el primer anuncio de la Buena Nueva: el Hijo de Dios que compartirá nuestra condición humana.

SALMO RESP.: (97, 1-4) (Ver texto)

R. Canten al Señor un canto nuevo,

porque Él hizo maravillas.

2ª. LECTURA: (Ef 1, 3-6. 11-12) (Ver texto)

Estas palabras de san Pablo son un canto de esperanza: nos manifiestan la predestinación de todos los hombres a ser hijos en el Hijo.

EVANGELIO: (Lc 1, 26-38 (Ver texto)

El mismo Señor, en las palabras del Angel, nos devuelve la esperanza de la salvación. Aclamémoslo con el canto del Aleluya.

ORACIÓN DE LOS FIELES:

CELEBRANTE:

Unidos a nuestra Madre Santísima, en el día en que celebramos su Inmaculada Concepción, junto a estas intenciones que elevamos a nuestro Padre, pidámosle que Ella nos enseñe a caminar unidos hacia la casa paterna, a fin que toda la humanidad sea una sola familia.

GUÍA: A cada una de las peticiones responderemos orando:

"QUE LA LLENA DE GRACIA INTERCEDA POR NOSOTROS"

v Para que la Santa Iglesia y el Santo Padre Benedicto XVI, siga siendo signo del amor de Dios en medio de los hombres, mientras esperamos al Señor que ya viene a salvarnos, oremos...

v Para que nuestra Iglesia diocesana, en íntima unión con su Obispo, asuma con responsabilidad el compromiso de ser anunciadores de la Buena Noticia de Jesús, oremos...

v Para que la paz en el mundo, que tanto necesitamos, se convierta en una realidad, por la conversión sincera del corazón de todos los hombres, oremos...

v Para que los más necesitados, los pobres, los enfermos, los injustamente marginados, los sin techo, encuentren en María Santísima su protección maternal, y que sea en sus vidas un motivo para seguir esperando, oremos...

v Por todos los católicos, para que asumamos en nuestras vidas el modelo de la Virgen Madre, en la preparación y espera gozosa del Señor que viene a salvarnos, oremos...

CELEBRANTE:

Escucha, Padre, nuestras oraciones y haz que siguiendo el ejemplo de la Virgen María, seamos dóciles a la inspiración de tu Espíritu, para poder llevar a Cristo a los hermanos y proclamar tu grandeza con nuestras alabanzas y la santidad de nuestras costumbres. Por Jesucristo, nuestro Señor.

PRESENTACIÓN DE LAS OFRENDAS:

En este pan y en este vino que ahora presentamos a nuestro Padre, ofrezcámosle nuestro humilde y perseverante trabajo de transformación de nuestro corazón, como señal de su presencia salvadora en nosotros.

DIÁLOGO DEL PREFACIO:

Al iniciarse el Prefacio (antes de "El Señor esté con vosotros")

En la plegaria solemne de la Iglesia damos gracias a Dios recordando lo que ha hecho con la Santísima Virgen. Damos gracias porque a nosotros también nos ha llamado a la plena unión con Él por siempre.

COMUNIÓN:

En el Evangelio hemos escuchado el anuncio del Señor que viene a salvarnos: el Emmanuel, el Dios con nosotros; ese mismo Dios que ahora se nos ofrece en el sacramento del altar, y que así quiere ser nuestro alimento en esta espera.

DESPEDIDA:

Hemos comenzado a recorrer junto a María, "la Virgen del Adviento, estas semanas de oración y, guiados por su estrella luminosa, dispongámonos a recorrer el itinerario espiritual que nos ha de llevar a celebrar con mayor intensidad el misterio de la Encarnación."

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