Domingo 26 de Febrero del 2006
Lectura del santo evangelio según san Marcos 2, 18-22
En aquel tiempo, los discípulos de Juan y los fariseos estaban de ayuno. Vinieron unos y le preguntaron a Jesús:
- «Los discípulos de Juan y los discípulos de los fariseos ayunan. ¿Porqué los tuyos no?»
Jesús les contestó:
- «¿Es que pueden ayunar los amigos del novio, mientras el novio está con ellos? Mientras tienen al novio con ellos, no pueden ayunar.
Llegará un día en que se lleven al novio; aquel día sí que ayunarán.
Nadie le echa un remiendo de paño sin remojar a un manto pasado; porque la pieza tira del manto, lo nuevo de lo viejo, y deja un roto peor.
Nadie echa vino nuevo en odres viejos; porque revientan los odres, y se pierden el vino y los odres; a vino nuevo, odres nuevos.»
Palabra de Dios.
REFLEXION
La controversia está servida. El motivo es el ayuno. ¿Por qué? Porque ni Jesús ni sus discípulos ayunan. Eso no lo podía entender casi nadie: ni Juan, ni sus discípulos ni los fariseos. Pero Jesús trata de explicar el por qué de su actitud: él es el Mesías, el esposo esperado durante tanto tiempo. 5us discípulos, que son sus amigos, deben disfrutar, mientras él esté, de su presencia. Ese disfrutar es una fiesta. Por si esto fuera poco, hay algo más para añadir. el mensaje que Jesús nos trae no está destinado a tapar agujeros, ni a arreglar los paños rotos y viejos. Todo lo contrario. El mensaje de Jesús se puede comparar a un vino tan extraordinario que las viejas instituciones y tradiciones ya no lo pueden contener. La suya es una absoluta y total novedad. Y como tal, hay que vivirla, sin querer hacerla entrar en viejos esquemas. El mensaje de Jesús no cabe en unas pocas normas ni receptos. Es algo totalmente distinto a ellos. Esa es la novedad del Reino.
texto extraido de la revista "encuentro con la palabra"
imagende la página: www.encuentra.com
sábado, febrero 25, 2006
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