Capítulo 8:
Anexo: CaracteriologíaI.
Introducción
Cada persona es como es, como Dios la hizo y con la historia de su vida. Puede ser una persona que tiene una fuerza de voluntad enorme, o una que tiene una voluntad débil; una con una inteligencia clara, viva, ágil, o una que hay que decirle las cosas con mucha sencillez y claridad porque no capta fácilmente las ideas. Hay la persona activa y la dada a la inactividad. El emotivo y el no emotivo. Estos rasgos constituyen el temperamento con que todo ser humano nace, pero que moldea, ajusta o perfecciona, de acuerdo a la educación y experiencias que tiene durante toda su vida, formando así su carácter y personalidad, que viene siendo la manera de ser habitual de la persona, lo que le diferencia de los demás.
El Temperamento. Es un fenómeno de la naturaleza emocional de un individuo que condiciona sus reacciones psicológicas y fisiológicas. Incluye la susceptibilidad a la estimulación emocional, la velocidad e intensidad con que habitualmente reacciona, la cualidad del estado de ánimo dominante y sus características. El temperamento es lo que la persona ha recibido de la naturaleza, pero no es todo el individuo. Se tiene que considerar lo que se conquista por la educación y por la propia experiencia. "El hecho de que el temperamento esté fundamentalmente determinado por la herencia no supone que sea inmodificable y esto es importante de tener en cuenta" (Felix Acha Irizar, Introducción a la Psicología, p. 205). La integración de todos los rasgos y características del individuo (somáticas, intelectuales, temperamentales), las condiciones ambientales y las experiencias afectivas y educacionales que experimente, van a determinar su propia forma de comportarse.
El Carácter. Incluye el temperamento y además todos los elementos adquiridos que lo especifican de una manera determinada, esto es, la modificación del temperamento por la educación y el trabajo de la voluntad, y consolidado por el hábito y las experiencias vividas.Es importante el estudio de los caracteres para tener un conocimiento básico de las cualidades y posibles defectos del formando y así poderle ayudar a potenciar los talentos que ha recibido de Dios. Pero es conveniente señalar que nunca se debe hacer un juicio precipitado o definitivo sobre el carácter de la persona, porque ningún carácter existe puro en la realidad; generalmente se hayan mezclados y con matices muy diversos. Lo importante es conocer los rasgos generales de los caracteres tipo para que el formador los tenga como guía para su observación.
La ciencia que se encarga del estudio de los diferentes caracteres es la caracteriología. Esta ciencia tiene por objeto determinar los distintos caracteres sin dar un juicio sobre ellos. No se trata de saber si uno es mejor que el otro, o si uno tiene más o menos valor, pues todo carácter tiene sus ventajas y sus inconvenientes.Es importante señalar que a cada tipo de carácter se le puede y debe potenciar: al que haya recibido un talento se le pedirán cuentas de ese único talento que recibió, al que haya recibido cinco tendrá que rendir cuentas de esos cinco. Lo esencial no radica en el carácter que tenga el dirigido sino lo que logre hacer con él. No es el carácter lo que en sí mismo tiene valor, sino el hombre que lo tiene y sabe usarlo para sacar un mayor provecho de él. También es importante aclarar que aunque la personalidad de todo ser humano se forja sobre todo en los primeros años de su vida, para la gracia de Dios no hay tiempos o límites de actuación, por ello, todo ser humano, en cualquier etapa de su vida, es perfectible.La clasificación clásica de los diversos caracteres se hace en base a tres factores fundamentales:
a. La emotividad: es una disposición cuya esencia consiste en vibrar interiormente con mayor o menor intensidad frente a los estímulos.
b. La actividad: es una tendencia congénita, íntima y asidua que empuja a obrar y a crearse ocasiones para obrar.
c. La resonancia: es la reacción más o menos prolongada que se produce en la conciencia psicológica, después de una sensación o impresión. Puede ser de dos especies:
* Primaria: es inmediata pero de breve duración.
* Secundaria: la impresión que se da, penetra poco a poco en lo más profundo de la conciencia psicológica y permanece mucho tiempo allí.
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"La Paz De Cristo en el Reino de Cristo"
Acción Católica Mexicana Diócesis de Querétaro
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Jose Luis Aboytes
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