Posadas, 4
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May. 06 (AICA)
El obispo de Posadas, monseñor Juan Rubén Martínez, destacó la vocación y misión propia de los laicos en la Iglesia, y recordó que estos deben “buscar la santidad tratando de transformar las realidades del mundo en orden a evangelizar la cultura. A poner valores en su familia, trabajo o en distintos ambientes”. El prelado comentó que en la reciente Semana de Pastoral, el clero se preguntó “cómo los estamos acompañando”, y reconoció que “nos cuesta a nosotros y a los mismos laicos que trabajan en organizaciones eclesiales, estar cerca y encontrar caminos para que aquellos que tienen opciones posibles y opinables capten que también tienen una vocación y misión que cumplir”. No obstante, consideró que “hay muchos testigos de la Pascua, cristianos que han tratado de ser coherentes con su fe”, y puso como ejemplo al Siervo de Dios Enrique Shaw (1921-1962), a quien recordó como “un argentino-laico que ha sido propuesto y está en marcha su causa de beatificación”. “Él mismo ha sido un empresario que estuvo casado, tuvo 9 hijos y vivió 41 años. Luego de ingresar en la Marina, leyendo algunos artículos sobre la doctrina Social de la Iglesia, sintió un fuerte llamado, o como él decía ‘conversión’ a trabajar solidarizándose con los obreros. Trabajó como ejecutivo en las cristalerías Rigolleau. En poco tiempo fue el gerente general y llegó a conformar distintos directorios de otras empresas. En su tarea buscó llevar a la práctica las enseñanzas sociales de la Iglesia”, detalló. Tras señalar que Shaw siempre decía que “es indispensable mejorar la convivencia social dentro de la empresa. Importa mucho que el dirigente de empresa sea accesible. Hay que humanizar la fábrica”, citó otra frase del empresario cuando se enteró de que tenía cáncer: “Puedo asegurarles que ahora casi toda la sangre que corre por mis venas es sangre obrera. Estoy así más identificado que nunca con ustedes, a quienes he querido y considerado siempre no como simples ejecutores, sino también como ejecutivos”. Por último, monseñor Martínez insistió en que “hay mucha gente que quiere vivir la Pascua. Para que las cosas anden mejor necesitamos cristianos o bien, gente de buena voluntad que realmente sirvan al bien común”.+Texto completo de la carta
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May. 06 (AICA)
El obispo de Posadas, monseñor Juan Rubén Martínez, destacó la vocación y misión propia de los laicos en la Iglesia, y recordó que estos deben “buscar la santidad tratando de transformar las realidades del mundo en orden a evangelizar la cultura. A poner valores en su familia, trabajo o en distintos ambientes”. El prelado comentó que en la reciente Semana de Pastoral, el clero se preguntó “cómo los estamos acompañando”, y reconoció que “nos cuesta a nosotros y a los mismos laicos que trabajan en organizaciones eclesiales, estar cerca y encontrar caminos para que aquellos que tienen opciones posibles y opinables capten que también tienen una vocación y misión que cumplir”. No obstante, consideró que “hay muchos testigos de la Pascua, cristianos que han tratado de ser coherentes con su fe”, y puso como ejemplo al Siervo de Dios Enrique Shaw (1921-1962), a quien recordó como “un argentino-laico que ha sido propuesto y está en marcha su causa de beatificación”. “Él mismo ha sido un empresario que estuvo casado, tuvo 9 hijos y vivió 41 años. Luego de ingresar en la Marina, leyendo algunos artículos sobre la doctrina Social de la Iglesia, sintió un fuerte llamado, o como él decía ‘conversión’ a trabajar solidarizándose con los obreros. Trabajó como ejecutivo en las cristalerías Rigolleau. En poco tiempo fue el gerente general y llegó a conformar distintos directorios de otras empresas. En su tarea buscó llevar a la práctica las enseñanzas sociales de la Iglesia”, detalló. Tras señalar que Shaw siempre decía que “es indispensable mejorar la convivencia social dentro de la empresa. Importa mucho que el dirigente de empresa sea accesible. Hay que humanizar la fábrica”, citó otra frase del empresario cuando se enteró de que tenía cáncer: “Puedo asegurarles que ahora casi toda la sangre que corre por mis venas es sangre obrera. Estoy así más identificado que nunca con ustedes, a quienes he querido y considerado siempre no como simples ejecutores, sino también como ejecutivos”. Por último, monseñor Martínez insistió en que “hay mucha gente que quiere vivir la Pascua. Para que las cosas anden mejor necesitamos cristianos o bien, gente de buena voluntad que realmente sirvan al bien común”.+Texto completo de la carta
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