jueves, mayo 11, 2006

Diversos temas relacionados con la Vida

Autor: Pa´ que te salves, es.catholic.net
Capítulo 3: La cultura de la muerte
¡Defiende la vida!
¿Sabes que haremos hoy?
Valorarás la defensa a la vida como algo necesario.Descubrirás que en la sociedad hay atentados públicos contra la vida y que son pocos los que luchan contra ello.¿Qué le pasa al mundo?Escuchemos este testimonio de un hombre que podría ser cualquiera de ustedes y dice así: “Hace poco fui testigo de un asesinato… Mataron enfrente de mí a un hombre cuando iba caminando por la calle, con un balazo en la cabeza. ¿Saben qué fue lo que más me impresionó? ¡Que no sentí nada, absolutamente nada! Me quedé impávido viendo cómo el hombre se derrumbaba y seguí mi camino hacia la oficina como si nada hubiera sucedido, como si lo que acababa de ver fuera lo que veo todos los días.Más tarde, al ver las noticias, empecé a reflexionar en el porqué de mi reacción. La respuesta la descubrí de inmediato: reaccioné como si lo que vi lo viera todos los días porque… efectivamente ¡lo veía todos los días!
¿Cuántos asesinatos he presenciado diariamente en la televisión o en el cine? Esa misma noche ví una película. En escasos 95 minutos que duró, fui testigo de ¡264 homicidios!
¿Cuántos más he visto en mi vida? No lo sé, pues me encantan las películas de “acción”, pero deben de ser muchos miles…Me entristecí de haberme vuelto insensible a la muerte de un ser humano y a la vez me asusté de mí mismo. Si era capaz de no sentir nada al ver morir a un hombre, ¿sería capaz también de quitarle la vida a alguien si tuviera un arma en la mano en un momento de furia? Después de todo… ¡esa escena también la he visto millones de veces!”
¿Realmente somos asesinos en potencia?
Tal vez parezca un poco exagerado el pensamiento de este hombre acerca de la posibilidad de convertirte en asesino en potencia por ver miles de asesinatos en la pantalla. Puede ser que así sea. Puede ser que, para convertirte en asesino se necesite más que un daño psicológico importante. Sin embargo, hay un hecho que no podemos negar: el ambiente que te rodea influye en tí. Lo que ves y oyes en las calles, en las fiestas, entre tus amigos, en la televisión, el radio o el cine, influye en tu manera de pensar y actuar.Esto es normal, ya que el hombre aprende a través de sus sentidos: tus ojos son como cámaras fotográficas; tus oídos, como una grabadora. Todas esas imágenes y sonidos se quedan archivadas en tu cerebro.Cuando tienes que actuar ante una situación nueva, tu cerebro recupera la información archivada y te dice cómo actúa la gente en una situación similar, de acuerdo con lo que has visto u oído. Una vez recuperada la información, el cerebro dicta órdenes a todo tu cuerpo para que tengas la reacción “adecuada” al estímulo que recibiste.Si tu conciencia está bien formada, tu cerebro archivará la información en forma selectiva, separando las imágenes buenas de las malas. Pero si no está bien formada, o se ha ido deformando por la influencia del ambiente, entonces no podrá distinguir lo bueno de lo malo y tu cerebro dará órdenes de acuerdo a “lo más común” a lo que más veces has visto, creyendo que es lo correcto.En la Biblia debes leer…Habéis oído que se dijo:“No matarás y aquel que mate será reo ante el tribunal.” Pero yo les digo: Todo aquel que se encolerice contra su hermano será reo ante el tribunal.(Mt 5, 21-24)
Acerca del quinto mandamiento, ¿qué información nos da el ambiente en el que vivimos?Todo hombre aprecia su propia vida como el don más preciado. Sin la vida el hombre no es nada; sin la vida se acaba la esperanza; sin la vida se acaba la posibilidad de ganar el Cielo, la posibilidad de vivir eternamente. Sin la vida, simplemente no se existe.A nadie que esté en su sano juicio le gustaría ser asesinado o ver morir a sus padres y a sus hermanos.Vemos que el hombre lucha todos los días por conservar la vida, por conseguir el alimento y el vestido necesarios para sobrevivir. La ciencia invierte millones de dólares en investigaciones para luchar contra la muerte, para encontrar la “fuente de la eterna juventud” con la cual se pueda aumentar el número de años de vida de las personas.
La muerte es, sin duda, la realidad ante la cual más se rebela nuestra naturaleza, que desea vivir eternamente.La vida es un tema apasionante, y por eso contamos con los grandes esfuerzos que los científicos han hecho para encontrar el principio de la vida. Pero ésta sigue siendo un misterio para la inteligencia del hombre, pues todos estos estudios siempre terminan en un callejón sin salida, cuya única explicación es Dios.El hombre ha descubierto que la simple unión de un hombre y una mujer, de un óvulo y un espermatozoide, no genera por sí misma la vida. Por eso encontramos miles de matrimonios, a lo largo y ancho del mundo, que no pueden tener hijos, a pesar de todos los adelantos científicos en materia de esterilidad.Para que una vida humana nazca se necesita forzosamente de ese “soplo divino” que la ciencia no ha podido explicar, se necesita del “querer” de Dios.Tú y todos los hombres que vivimos en el mundo, estamos aquí porque Dios así lo quiso, ya que Él es el único dador de vida.Síntomas de una cultura de la muerteYa que todo hombre aprecia la vida y se sabe incapaz de darla, lo lógico sería que luchara por conservarla y defenderla a toda costa como algo sagrado. Ahí reside lo natural del quinto mandamiento:
“No matarás.”Sin embargo, no siempre sucede así. Desgraciadamente, en el ambiente en el que vivimos, se respira un ambiente “anti-vida” o, como lo llama el Santo Padre, una “cultura de la muerte”, que ha influenciado a muchísimos hombres y que nos ha llevado a convivir con realidades aberrantes, totalmente contrarias a la defensa de la vida.
• Cada vez más cerca de nosotros escuchamos noticias de terrorismo organizado, secuestros, homicidios, torturas, realizados por hombres convencidos de que es “honorable” quitar la vida o hacer serios daños físicos por venganza, por dinero o por poder.
• En la cultura de la muerte se cree que es “justo” que mueran miles de hombres mujeres y niños inocentes en guerras que muchas veces no tiene razón de ser.
• Se considera “razonable” deshacerse de los ancianos, enfermos y minusválidos quitándoles la vida por medio de la eutanasia, por no considerarlos útiles a la sociedad o por considerar su vida como una vida que no vale la pena vivirse o por que supone que el dolor es más poderoso que la voluntad de quien lo sufre.
• Se ha llegado a considerar “lícito” el aborto: matar a un bebé que no es deseado por sus padres o que tiene alguna malformación física, o que simplemente “ya no cabe” en el país donde se le ocurrió nacer.
• La mentalidad anti-vida la palpamos en las campañas publicitarias millonarias a favor de los anticonceptivos, los abortivos y preservativos. Todas estas campañas ven la posibilidad de una nueva vida como si fuera el peor mal que le puede suceder al hombre. Han llegado a influenciar de tal manera, que es común que las parejas próximas a casarse se preparen minuciosamente en la manera como controlarán su fertilidad, siendo que sería mucho más importante, para la felicidad del matrimonio, prepararse en cómo controlar su mal genio, su ira, su pereza, etcétera.
• Esta mentalidad anti-vida ha llegado al extremo de que en los hospitales se practiquen con frecuencia mutilaciones de órganos sanos, simplemente para evitar la posibilidad de una nueva vida. Éste es el caso de la esterilización, practicada en hombres y mujeres.
• El consumo de drogas cada día aumenta, a pesar de que está comprobado que destruyen la vida, que causan daños irreparables en el cerebro. La cultura de la muerte las acepta buscando fuertes sensaciones de placer en la cocaína, relajación en la morfina, la sensación de fuerza y energía que producen la heroína y el “crack” y la sensación de liberación mental que proporciona el LSD. La droga es un atentado contra la vida, pues el que se droga pierde el control sobre sus acciones. Además de atentar contra la propia vida, no es raro que el drogadicto caiga en la criminalidad, atentando contra la vida de los demás.
• Los accidentes de tránsito en las ciudades y en las carreteras son la principal causa de muerte entre los jóvenes, pues, en la cultura de la muerte se cree que es “valiente” el que maneja a gran velocidad y “atrevido” el que infringe las normas de tránsito, aunque arriesgue con ello su vida y la de los demás.
• A todos nos causa repulsa ver a un hombre borracho, tirado en el suelo, vomitando y diciendo incoherencias. Sin embargo, en esta cultura se considera “divertido” emborracharse e inducir a otros a que lo hagan perdiendo el control de la propia voluntad. El alcoholismo atenta contra la vida, reduce al hombre en su dignidad, le lleva a lo más bajo de sí mismo, le priva del conocimiento del bien y del mal y lo pone en una situación en la que lo más fácil es cometer pecados graves. A pesar de esto, vemos que lo “normal” en muchas discotheques es que tengas que comprar una botella para poder sentarte en una mesa con tu pareja. Una botella consumida entre dos jóvenes normales casi siempre acaba con el mismo resultado: dos borrachos diciendo y haciendo tonterías.
• Además de todos estos atentados contra la vida del cuerpo, que vemos a diario en el ambiente y que nuestro cerebro registra sin perder detalle, también percibimos atentados contra la vida del alma: simplemente la crítica, la difamación, que son tema de conversación en muchos lugares, pueden acabar verdaderamente con la vida de una persona. La persona que critica muchas veces no se percata del gran daño que hace al hablar mal de una persona, o al hacer públicos sus errores y defectos. La crítica puede acabar con la buena fama de una persona y “matarla” ante los demás. Es un atentado contra la vida, al igual que muchos otros problemas que ya han sido tratados en temas anteriores.Todos estos problemas son faltas graves contra la vida, faltas graves contra el quinto mandamiento y, por desgracia a fuerza de verlos y oírlos por todos lados, muchos de ellos han quedado archivados en nuestro cerebro como algo “normal”.
La Iglesia nos enseña…Los deberes del cristiano ante el quinto mandamientoAnte un ambiente tan hostil, ante la cultura de la muerte, Dios te pide en el quinto mandamiento que luches por defender tu vida y la de los demás.
¿Cómo?
• Apreciando tu cuerpo como un don recibido de Dios: conservándolo, apreciándolo, agradeciéndolo y haciéndolo rendir al máximo. Esto lo lograrás cuidando tu salud con una buena alimentación, con el deporte, la higiene y el descanso.
• Dándole a tu cuerpo las “reparaciones” que le hagan falta cuando algo no esté funcionando bien. Esto lo lograrás con las vacunas, con las visitas periódicas al dentista y sometiéndote a los tratamientos médicos ordinarios para recuperar la salud en determinado momento.
• Evitando todos los daños a la salud. Cuidándote para no caer en el consumo excesivo de alcohol, en el consumo de drogas y en arriesgar tu vida innecesariamente con actos imprudentes.
• En relación con la vida del alma, desarrollando y formando todas tus capacidades: la inteligencia, la voluntad, la conciencia, la vida espiritual, la vida de gracia, las virtudes morales, y evitando el contacto con ambientes que puedan dar información errónea a tu inteligencia.
• Cuidando la vida de los demás, evitando participar en críticas, riñas y peleas y promoviendo la verdad con respecto a todos los atentados contra la vida que se viven como “normales” en el ambiente que nos rodea: guerras, terrorismo, anticoncepcionismo, aborto, alcoholismo, drogadicción, esterilización.
El Papa nos dice…“ A todos los miembros de la Iglesia, pueblo de la vida y para la vida, dirijo mi más apremiante invitación para que, juntos, podamos ofrecer a este mundo nuevos signos de espe-ranza, trabajando para que aumenten la justicia y la solidaridad y se afiance una nueva cultura de la vida humana, para la edificación de una auténtica civilización de la verdad y del amor.” Juan Pablo II, Evangelium Vitae no.6A ponerle ritmo…
•Comentar en el grupo acerca de las realidades que atentan contra la vida en nuestra sociedad
• Redactar un plan para defendernos de estos ataques de una manera cristiana.Algo que no debes olvidar…
•La vida humana es un don de Dios.El hombre no puede dar la vida, por lo tanto tampoco tiene derecho a quitarla.
• El quinto mandamiento nos ordena respetar y defender la vida propia y de los demás.
• En la sociedad se vive una cultura anti-vida que considera normales muchos actos en contra de la vida.
• Los cristianos estamos llamados a luchar por la defensa de la vida.
• Debemos empezar por defender nuestra propia vida cuidándola y dando a nuestro cuerpo los tratamientos médicos necesarios durante la enfermedad.Ponle sabor a tu vida
Defenderé mi vida alejándome de ambientes en donde puedan dañarla con riñas o peleas, la imprudencia en el manejo, el alcoholismo y la drogadicción.Seleccionaré las películas que veo para conservar mi sensibilidad ante el valor de la vida.No participaré en las conversaciones cuando se refieran a críticas de otras personas.
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"La Paz De Cristo en el Reino de Cristo"
Acción Católica Mexicana Diócesis de Querétaro
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correo: acm_qromx@hotmail.com
Jose Luis Aboytes

1 comentario:

Anónimo dijo...

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